Elecciones municipales
Descartes Ana Espe y Forges por Lucas Haurie
Aunque desde el punto de vista estético, esos pijines urbanos airados con su uniforme de Barbour Borroka, pudiera afirmarse que este PP es heredero de la Falange, es indudable que la vocación de partido único y sus raíces socialistas hacen del PSOE andaluz un partido genuinamente joseantoniano. Por no recordar que el Marqués de Estella y el Barón de San Telmo son tocayos. Nada extraño, si consideramos que del ideario falangista han tomado las dos industrias mayoritarias de la política su fobia al liberalismo y su rechazo a la democracia interna: cualquier idea es ahogada sistemática y minuciosamente si no se atiene al principio de fidelidad al líder. ¡Prietas las filas!, exclamaban los flechas hace medio siglo igual que los disciplinados militantes de hoy. Así, el regocijo generalizado por la defección de Esperanza Aguirre, harta de estar harta, y los obstáculos que para presentar su candidatura (seguro perdedora) para presidir a los populares sevillanos le están poniendo a Ana Hermoso. Tienen en común ambas mujeres su éxito en las urnas y la falta de apego de sus conmilitones, practicantes de aquella máxima forgiana, con efe porque la escribió el genial viñetista y no el Nobel argentino, de inspiración cartesiana: «Pienso luego estorbo». Es lógico que los cuadros no quieran debatir porque saben que es más rentable ejercitar la lengua en el innoble arte del lametón. El sistema regurgita a los mejores y digiere a los pelotas. Así vamos.
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