Disney

Moderna y sofisticada por Lluís FERNÁNDEZ

La Razón
La RazónLa Razón

Aunque parezca un contrasentido, no es concebible Bob Esponja sin la conjunción de ritmo y música de las «Sinfonías tontas» de Walt Disney. Que Bob Esponja y sus singulares amigos vivan en un mundo submarino, «Fondo de Bikini», y canten y bailen mientras cazan medusas o prepare cangreburguers a ritmo de hukilau hula hawaiano son el tipo de licencias poéticas que Disney fue elaborando desde «Steamboat Willie» (1928), en el que el ratoncito Mickey bailaba y tocaba los más diversos instrumentos musicales con los animales que encontraba a bordo del barco de vapor.Las diferencias son de estilo. Bob es feísta pero encantador. Dinámico y bondadoso como Mickey. Lo mismo que sus amigos, Patricio Estrella, su mascota, el caracol Gary, el cascarrabias Calamardo, su enemigo Plancton y la ardilla vestida de astronauta Arenita Mejillas.Bob vive en una piña y Calamardo en una cabeza tiki maorí, y las referencias estéticas y musicales, en especial los grupos de rock alternativo, son tan variadas como reconocibles por el público adulto. Las referencias jipis, la estética kitsch del arte tiki-tiki y la recurrencia al musical convierten a esta serie infantil en una de las más moderna y sofisticadas de la tele. Su inmensa popularidad, la ven más de diez millones de espectadores, se debe a su sencillez comunicativa y al ecologismo de su creador, Stephen Hillenburg, que fue biólogo marino antes de dedicarse a la animación, con gran éxito, pues la revista «Time» considera a Bob Esponja como una de las series de animación más vista de la historia de la tele.Su gran acierto ha sido compaginar el público infantil con el adulto. Sus originalísimos dibujos, sus personajes un tanto friquis y el delirio de sus tramas y situaciones hacen del «Fondo de Bikini» una réplica surrealista pero certera del mundo real. Recuerda los dibujos primeros de Max Fleisher y su mundo submarino. Al Tex Avery de su trepidante época «slapstick». Los Snorkels de Hanna y Barbera y el cómic «underground» de Crumb.