Una vez al año sí hace daño por Lucas HAURIE

El anuncio de que Bruce Springsteen volverá a actuar en La Cartuja encierra gloria y miseria a partes iguales. Los gestores del estadio, las cuatro administraciones casi a partes iguales, han conseguido que Sevilla sea un importante centro de eventos de primer orden (ahí está la final de la Copa Davis) pero ni siquiera así se logra evitar que la instalación, infrautilizada, sea un peso muerto en el bolsillo de los sevillanos. El estadio jamás olímpico no llega a la media docena de días de uso al año, excluidas carreras populares u otras manifestaciones menores, y todavía no ha resuelto su mayor problema: unos accesos tercermundistas que impiden a los espectadores evacuar la isla en menos de una hora cuando el recinto se llena. Si afeamos a la progresía la inutilidad de «las setas» de la Encarnación en relación a los 86 millones que han costado, no podemos menos que recordar que los gobiernos conservadores de Rojas Marcos y Soledad Becerril se gastaron un treinta por ciento más en erigir el caprichito del líder andalucista. Total, que en Sevilla no faltan inversiones sino que sobran alcaldes megalómanos. Quiera el Altísimo que Zoido no abandone nunca la senda de la micropolítica. Nuestra tesorería lo agradecerá.