«Quiero sacar a Cayetana por la puerta grande»

Pecó de excesiva prudencia –algún que otro oyente incluso comentaba en Facebook que el futuro Duque de Alba fue «soso, soso»– pero, a pesar de su recato, Alfonso Díez se mostró feliz y cercano en su primera entrevista tras el anuncio oficial de su enlace con Cayetana. Eligió el programa de Cristina López Schlichting, «Dos días contigo», de la Cadena COPE, para compartir algunas de sus impresiones a pocas semanas de la boda que se celebrará el 5 de octubre en el sevillano Palacio de Dueñas. Correcto y contenido, se reafirmó en el orgullo que siente al compartir su vida con alguien tan especial como la genuina Duquesa de Alba: «Hay que ponerse bien los machos para seguir el ritmo de Cayetana». Además de confesar que su principal objetivo es hacer feliz a su futura esposa, Díez también se permitió bromear con una metáfora taurina. «Mi única intención es sacar a este pedazo de mujer por la puerta grande», comentó.
El funcionario, de 60 años, asegura que los 25 años que le separan de la Duquesa no suponen ninguna traba. «Los años no van con Cayetana», dijo antes de explicar que «muchísimas veces no puedo con ella. Ahí está la gracia. No es una persona previsible, es un reto».
«Quiero dormir tranquilo»
Sobre el singular carácter de su pareja, Díez no dudó en comentar que, aunque se conocen desde hace 30 años, la Duquesa «todavía me sorprende», y admitió que esa forma de ser le agrada: «Me gusta la gente que me ponga las pilas», sentenció. Durante la entrevista, el futuro consorte de la Casa de Alba demostró tener la habilidad y diplomacia suficientes para contradecir a su novia sin perder un ápice de elegancia. Cuando le preguntaron si era cierto que se había enamorado de la Duquesa a primera vista (tal y como ella afirmó en febrero), Díez se limitó a comentar que Cayetana «es una mujer muy coqueta». Pura cortesía.
Pero, ¿cómo le gustaría al funcionario aparecer en los libros de Historia? Lo tiene claro: como una persona que fue «buena gente». Y apostilló: «Quiero seguir durmiendo tranquilo». Algo que no parece fácil.