Enfermedades
«Unos abdominales fuertes evitan las lumbalgias»
¿Qué tipo de actividades pueden acabar en una lumbalgia?
Dependerá del estado previo del paciente, un paciente sin patología lumbar es infrecuente que desarrolle una por algún gesto. En cualquier caso, una persona con sobrepeso sufre un aumento de la presión en la zona lumbar. También las personas con atrofia muscular son más propensas a padecer una lumbalgia cuando realizan alguna maniobra que no sea correcta, como giros estando estáticos, cogiendo pesos o flexiones extremas.
¿Cómo pueden prevenirse estas dolencias típicas de la espalda?
Lo mejor es lo que se denomina la higiene postural. Todos los movimientos que se realicen han de ser controlados y de forma adecuada, sin exigir un estiramiento brusco de las estructuras anatómicas. Por otra parte, la musculatura abdominal, tanto los rectos abdominales como los músculos transversos del abdomen, así como la musculatura lumbar, han de mantenerse en forma para que sirvan de «escudo protector».
¿Cuáles son los tratamientos?
Se suelen realizar guiados por una sistemática que se puede comparar con una escalera. Se deben iniciar tratamientos poco agresivos, como la rehabilitación y fisioterapia, combinado con fármacos de primera línea, como analgésicos simples y/o antiinflamatorios no esteroideos, para ir aumentando la potencia, pasando a opioides menores o mayores y combinarlos con técnicas intervencionistas, en forma de bloqueos o infiltraciones.
Ante pacientes que las presentan de forma frecuente, ¿qué otras armas se emplean?
Lo primero es un estudio pormenorizado en el paciente, para poder examinar las causas que provoquen esta dolencia repetida. Una vez que tenemos un diagnóstico claro, se deben aplicar terapisa específicas, que pueden ir desde ejercicios de rehabilitación hasta la cirugía, pasando por terapias intervencionistas, terapias de radiofrecuencia, convencional o pulsada, y terapias de neuroestimulación.
Además de la farmacología, ¿cómo debe ser la recuperación con un fisioterapeuta?
La fisioterapia ayuda cuando el problema que causa las molestias es muscular. En la patología lumbar los músculos más implicados en el desarrollo y mantenimiento de la patología son el psoas iliaco y el músculo cuadrado lumbar. Ambos músculos mantienen la estabilidad de la columna y la cadera. Otro músculo que tiene importancia en esta dolencia es el piramidal, que puede simular una ciatálgia. En todos estos casos el trabajo en conjunto con fisioterapia es la clave del éxito.
Una vez sufrido un episodio, ¿qué posibilidades hay de recaer?
Es difícil poder contestar de forma global a esta pregunta, lo primero es el estudio del porqué un paciente padece esta dolencia. Una vez conseguido el diagnóstico preciso de la causa por la que el paciente padeció esta patología, se debe hacer la profilaxis debida.
¿Qué hay que cambiar para evitar la recurrencia?
Todos los movimientos y todas las acciones del día a día han de realizarse de forma controlada hasta que se integren en el comportamiento habitual del paciente y ya no deba pensar en el modo correcto de hacerlas. Por otra parte, la realización de tablas para endurecimiento de la prensa abdominal y lumbar es muy importante. Mantener esta musculatura potente hace que el riesgo de lesiones disminuya. La pérdida de peso y la alimentación correcta, así como evitar factores de riesgo como el tabaco ayudan de forma importante a evitar las recurrencias.
Ante una lumbalgia crónica, ¿qué medidas se toman?
En las lumbalgias crónicas se debe conocer el origen del dolor. Existen múltiples causas: articular, muscular, discogénico o bien radicular. Cada una tiene un tratamiento concreto. Lo más adecuado es un seguimiento por un servicio médico, como una Unidad de Dolor, en la que se le evalúe de forma continuada, e ir interviniendo según surjan o bien problemas mayores o bien una intensidad mayor de los síntomas.
¿Qué trabajos pueden incrementar el riesgo de sufrir una?
Suelen ser los que obligan a los pacientes a realizar esfuerzos físicos no controlados. El trabajador que durante su jornada precisa grandes acciones sin mantener la postura de forma adecuada suele desgastar más los discos intervertebrales y este desgaste puede asociarse a una desestructuración de la columna. También incrementan las actividades que obligan a los pacientes a mantener una postura estática, bien en bipedestación o en sedestación.
¿Por qué son frecuentes también durante el embarazo?
Durante el embarazo las mujeres aumentan su peso de una forma considerable (entre 12 y 20 kilos). Esto lleva a la gestante a un cambio en su centro de gravedad. En primer lugar, obligan a la madre a caminar de una forma diferente, con cambios en las estructuras empleadas en la deambulación. Son típicas la contractura o lesión del musculo piramidal por la forma de caminar, estas modificaciones en la mayoría de las ocasiones puede motivar esta lesión. Por otra parte, el exceso de peso en esta región y mantener la postura con el músculo cuadrado lumbar y el psoas lumbar, en ocasiones también pueden sentirse lesionados.
✕
Accede a tu cuenta para comentar