Primera División

Francia

Guapo altoy rico

La Razón
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Juan Carlos Navarro es guapo, alto y, probablemente, también rico aunque no lo sea tanto como otros, y encima, sin duda, envidiado. Fue bautizado como «La Bomba» hace años y ha mantenido la expresividad de tal denominación porque es el rayo que no cesa. Ayer, en partido en que el equipo español de baloncesto necesitaba clasificarse para la final del europeo, y con ello ganar plaza para los Juegos Olímpicos de Londres del próximo año, consiguió 35 puntos. ¡La bomba!
Es muy probable que haya muchos muchachos españoles, y extranjeros, que le envidien. Hay quienes suelen decir aquello de que hay envidia sana lo cual no es cierto. Yo mantengo aún gran rencor hacia Artie Shaw quien, además de tocar el clarinete de maravilla, fue esposo de Ava Gardner. No se podía pedir más.
A Navarro no le envidio, pero no puedo ocultar mi admiración. Jamás le silbaría, aunque le metiera cincuenta puntos a Estudiantes. Es jugador que con el balón en las manos puede resolver el partido. Toda la táctica, fórmula o sistema que el equipo español utilizó para derrotar a Macedonia, equipo magnífico y cuya actuación tras verle ante Lituania y España no puede calificarse de sorpresa, porque su equipo y su juego son de gran peso, consistió en darle el balón a Navarro. Ante la duda, a «La Bomba».
Navarro fue el tercer héroe de la tarde. Antes lo habían sido Rafa Nadal y David Ferrer, que en Copa Davis pusieron a Francia mirando a la Eiffel.
Posdata. El Atlético tiene nuevos ídolos: Falcao y Diego. Kun y Forlán, al olvido.