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Adiós a las Cajas de toda la vida

El modelo de cajas de ahorros, del que hemos disfrutado durante 200 años, en los que han fomentado la fortaleza del sistema español y evitado la exclusión financiera, cambiará radicalmente después de la reducción del número de estas entidades, su "bancarización"y su despolitización parcial.

CajaSur, intervenida y adjudicada a la BBK
CajaSur, intervenida y adjudicada a la BBKlarazon

El exceso de sucursales, la desproporcionada apuesta por el crédito al sector del ladrillo y la toma de decisiones equivocadas, que en muchas ocasiones no obedecían a intereses puramente financieros, han provocado que en los últimos meses estuviesen en el ojo del huracán mediático mientras se disertaba sobre su futuro y los cambios que necesitaban para sobrevivir a la crisis.Entre estos cambios destaca el introducido en la nueva Ley estatal de Órganos Rectores de las cajas, aprobada esta semana en el Congreso, que les permite emitir hasta el 50% de su patrimonio en cuotas participativas -valores similares a las acciones- con derechos políticos.A pesar de que se puede argumentar que estas entidades pueden lograr capital más fácilmente de este modo en los mercados, al ser más atractivas para los inversores, supone también la entrada por la puerta grande del capital privado y abre una ventana a la "bancarización"de éstas y a que en el horizonte aparezca la ley Amato que acabó con el modelo tradicional de estas entidades en Italia y es un paradigma de privatización de cajas de ahorros.Además, la modificación de la norma de cajas licencia el trasvase del negocio puramente financiero de las cajas a un banco, lo que puede suponer una "privatización"de éstas.Más oficinas que ningún otro paísEspaña es el país del mundo que cuenta con el mayor número de oficinas por habitante -unas 100 sucursales por cada 100.000 personas- y su red de cajeros automáticos es la más extensa de Europa y una de las más grandes de los cinco continentes.La necesaria reducción del sobredimensionado sistema de cajas, reconocida por ellas mismas, ha bajado su número de 45 a 18 a través de las fusiones tradicionales o las "frías"(SIP), instrumento que, pese a las peticiones que realizó su patronal CECA, supone que estas uniones tengan una entidad central con naturaleza de sociedad anónima, un banco.Los SIP permiten a las cajas implicadas conservar su marca comercial, su obra social y sus consejos de administración por separado y unen los sistemas de medición del riesgo, solvencia y liquidez y una parte del beneficio.Juan Ramón Quintás, que dejó su puesto como presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) en marzo y que ha sido sustituido por Isidre Fainé, enfatizó a comienzos de año que era "absurdo"que, tal y como estaban ya planteados los SIP, la entidad dominante de un nuevo grupo de cajas pudiese ser un banco. Quintás creía que un banco lidere un SIP resulta "inquietante"porque puede abrir una vía de desnaturalización de las cajas.Las fusiones y reestructuración del sector, que ha afectado a casi todas las cajas existentes en España y que ha requerido ayudas públicas y privadas por valor de 14.765 millones de euros, recortará sus redes de oficinas en cerca de un 25% -unas 4.000- y puede suponer la eliminación de unos 26.000 puestos de trabajo, por medio de prejubilaciones en su mayor parte.Los bancos pasan por delanteEn medio de esta reconversión afloran datos del negocio del sector, como que los bancos captaron en mayo 32.658 millones en depósitos a hogares y sociedades no financieras, 1.118 millones más que las cajas y por primera vez más dinero que ellas desde que el Banco de España comenzó a elaborar datos comparables con el resto de Europa en enero de 2003.Los depósitos de clientes en las cajas bajaron el 2,75% en mayo respecto al mismo mes del año anterior, en tanto que los créditos concedidos por estas entidades disminuyeron el 1,09% en ese periodo.Con este retroceso, la fuga de depósitos de las cajas se agudizó en mayo al anotarse una caída sin precedente en los meses anteriores y motivada por la ofensiva de la banca por captar recursos de clientes.A pesar de que cajas como BBK, La Caixa, Kutxa, Ibercaja, Bancaja o Caja Madrid son reconocidas en los mercados por su salud, el estado de algunas de estas entidades provocó que el Banco de España tuviese que intervenir Caja Castilla-La Mancha en marzo del pasado año, la primera intervención desde la de Eurobank en 2003 y la mayor desde la de Banesto en 1993, mientras que también tuvo que intervenir CajaSur 14 meses después.Sólo siete de las 91 entidades financieras europeas sometidas a las pruebas de solvencia no han logrado superar los mínimos exigidos y de las cinco entidades españolas suspendidas, cuatro son alianzas de cajas y la intervenida CajaSur.