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Los iraquíes salen a la calle para exigir trabajo y servicios públicos

Miles de iraquíes salieron hoy a las calles en muchas ciudades del país para exigir puestos de trabajo y mejores servicios públicos, en una protesta que se desarrolló en medio de fuertes medidas de seguridad, pero sin incidentes graves.

La jornada de hoy fue calificada como el "Viernes de la Dignidad y el Desafío"y es continuación de una serie de protestas que se están desarrollando en Irak al calor de las revueltas populares de Túnez, Egipto y ahora Libia.

El punto más importante fue la plaza Tahrir de Bagdad, donde miles de personas llegaron a pie porque desde la última medianoche regía un toque de queda para vehículos que impidió el libre desplazamiento de participantes en las manifestaciones. "No a la corrupción", "No a los favoritismos", "No al desempleo", decían algunas de las pancartas que se veían en la concentración de la plaza Tahrir de Bagdad.

Para evitar que los manifestantes se extendieran por otras partes de la ciudad, especialmente en la llamada "zona verde"de Bagdad, donde se concentran la sede del Gobierno y de varios ministerios y embajadas, la policía cortó los puentes de acceso desde la plaza Tahrir (Liberacion, en árabe)

Pequeños disturbios

Uno de los manifestantes que se encontraban allí, Salem Husein, dijo a Efe que a primera hora de la tarde estallaron algunos disturbios menores en esa plaza cuando las fuerzas de seguridad disolvieron la concentración a la fuerza.

También hubo protestas parecidas en otros lugares de Irak, como en la ciudad sureña de Basora, donde la policía agredió a golpes a varios periodistas que cubrían una manifestación en el centro de esa ciudad, según dijo a Efe el jefe del Sindicato de Periodistas de Basora, Haidad al Mansuri. Añadió que se investigarán los hechos "porque los periodistas recibieron de parte de las fuerzas policiales garantías de que no iban a ser agredidos", añadió Al Mansuri.

La manifestación de Basora, en la que participó un millar de personas, se llevó a cabo cerca de la sede de la gobernación provincial, y tuvo por objeto pedir la renuncia de las autoridades locales y pedir la mejora de los servicios públicos.

En la provincia de Al Anbar, al oeste de Bagdad, la Policía y el Ejército cerraron todos los puentes de acceso al centro de la capital provincial, Ramadi, con bloques de hormigón y alambradas de púas. Aun así, según dijeron a Efe residentes de Ramadi, los manifestantes se concentraron en las afueras para intentar romper el cordón de las fuerzas de seguridad.
 
Agua, luz y trabajo

"Llegamos para participar en esa manifestación pacífica para exigir el suministro de agua potable, electricidad, puestos de trabajo y que se persiga a los corruptos", dijo telefónicamente uno de los participantes en la manifestación, Salam al Ani.

En la ciudad de Al Faluya, también en Al Anbar, la policía reforzó sus efectivos con destacamentos de otras localidades e impuso el toque de queda que estuvo vigente en otros lugares del país.

En Suleimaniya, en la región autónoma del Kurdistán iraquí, más de 5.000 personas se congregaron en una plaza del centro de la ciudad pidiendo también servicios públicos y exigiendo reformas políticas.

Informes de medios locales de comunicación hablaron también de otras protestas en el centro, norte y sur del país, con demandas parecidas y que se cerraron sin incidentes.

El toque de queda para vehículos y personas que fue impuesto anoche por el Gobierno de Nuri al Maliki en varias regiones y ciudades del país fue levantado después de las protestas, según informó la televisión pública.

En una serie de manifestaciones que se desarrollaron el viernes de la semana pasada los disturbios que estallaron causaron una docena de muertos y más de cien heridos.