España
La cultura del fraude por David González
Ayer, Rajoy se reunió con los responsables de la Agencia Tributaria y anunció que la lucha contra el fraude fiscal ha reportado al Estado 8.500 millones hasta septiembre. Rajoy y Montoro valoran muy positivamente la Ley recién aprobada para atajar el fraude. Pero el problema del fraude fiscal en España es que es cultural. En nuestro país nadie se escandaliza cuando el fontanero le pregunta si quiere la factura con IVA o sin IVA. Y para cambiar la mentalidad no es suficiente con aprobar una Ley: se debe castigar duramente a los que la infrinjan. Los inspectores de Hacienda aseguraban ayer que es «imprescindible» aumentar los medios en la lucha contra el fraude y destacaron que continuar con los recortes es contraproducente para reducir el déficit y salir de la crisis. Lo que está claro es que el fraude fiscal y la economía sumergida en España tienen unas dimensiones gigantescas y es probable que no haya recursos suficientes para combatirlos. Pero lo que también está claro es que la estructura del Estado está sobredimensionada y lo que habría que hacer es una gestión óptima de los recursos. Un estado nacional debería gestionarse como una empresa. No hay que gastar más de lo que se ingresa, y si se hace eso es que algo funciona mal y en algún «área» se están destinando más recursos de los necesarios. Por lo tanto, lo necesario en esta «empresa» llamada España es una reforma estructural, que destine recursos, tanto humanos como materiales, a las «áreas» más necesitadas para que se pueda acabar con algo tan enraizado como es el fraude. El Gobierno debe seguir por el camino de acabar con la economía sumergida porque todo el país se verá beneficiado, y muy probablemente la tasa de paro se ajuste más a la realidad económica española. La recaudación contra el fraude fiscal ha subido casi un 19% con respecto al año pasado, esperemos que siga la misma tendencia y se acabe con esa cultura del fraude.
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