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Fernando Trueba se anima

Regresa a Cuba con «Chico y Rita», una película dibujada por Javier Mariscal

Fernando Trueba se anima
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No es ningún secreto que a Fernando Trueba le pierde la cultura cubana. Y, como buen melómano, Bebo Valdés se encuentra en el lugar más alto de su santuario. «Lloró la primera vez que vio la película», cuenta Trueba. Pero «Chico y Rita» no es el «biopic» del pianista, aunque sí «el retrato de toda una generación de músicos cubanos. Su hijo, Chucho, me dijo que nunca podrían agradecernos haber hecho una película tan bonita sobre la música cubana. Por nuestra parte, no podemos hacer más que dedicársela a su padre», explica Javier Mariscal, creador junto a Trueba de la cinta sobre el que podría ser el último trabajo del pianista cubano de 92 años, que ya está retirado.

Sabor a bolero
El propio Bebo es el intérprete de todo el piano que se puede escuchar en la banda sonora (por llamarla de alguna manera que no le hace justicia) de este filme en el que «la música forma parte de la historia desde el primer momento», explica Trueba. Nat King Cole, Dizzie Gillespie, Tito Puente y Charlie Parker, entre otros, acompañan a Chico y a Rita en su apasionada historia de amor en los años cuarenta, desde La Habana a Nueva York, «de una forma paralela. Javier me pidió: "Que la película sea como un bolero"». Los clásicos «Bésame mucho» y «Sabor a ti» se convierten así en dos protagonistas más de la película. Sin olvidar a Estrella Morente, que canta otro de los temas centrales de la película, «Lily», con Bebo Valdés al piano, Andy González al bajo y Steve Berrios a la batería. «El triple salto mortal era animar a un artista actual. Me gusta que esté en la película porque Estrella representa una manera de cantar muy de España», explica el director.
Y, a ese ritmo, bailan, cantan y aman los protagonistas, reales pese a su apariencia de cómic: «Estábamos obsesionados con que el movimiento resultara verosímil. Para las escenas de baile incluso recurrimos a un grupo de veteranos bailarines de jazz cubano», asegura el cineasta. Pero ni estos esfuerzos adicionales ni los más de siete años que emplearon en realizar la película fueron un problema: «Nunca nos planteamos hacerla con actores reales. Es un proyecto que nació de nuestra amistad. Lo único que me advirtió Javier fue: "En la animación se hacen guiones muy flojos"», comenta Trueba de su colega, que no las debió de tener todas consigo desde un principio: «Era un proyecto muy arriesgado porque se trata de animación para adultos. De aquí a cinco años se verá como algo normal».
Por el momento, la industria ya ha reconocido el valor de «Chico y Rita» con el gran premio del Festival de Holanda de Animación y el Goya a la mejor película también en esta categoría en la pasada edición de los galardones. Ambos ya tienen en mente hacer más películas juntos: «Es complicado conseguir financiación para este tipo de cine, pero lo vamos a intentar. Hemos hablado de hacer tres. La próxima será una cinta muy francesa».


Novato entre dibujos
Trueba se ha pasado más de 30 años con la realidad delante de la cámara, un trabajo muy diferente al de la animación: «Es un ejercicio mental tremendo. Normalmente, veo a los actores e improviso. En la animación no se puede hacer algo así, montas el material antes porque hacer metraje de más es carísimo», explica. Aunque digitalizaron tomas con actores para conseguir un mayor realismo, «un actor es más versátil, posee infinitos gestos. Bueno, excepto algunos», dice entre risas.