España

Lerma reconoce los defectos de la financiación autonómica

El ex presidente de la Generalitat, Joan Lerma, volvió a comparecer ayer en Les Corts Valencianes después de que su ultima intervención se sustanciara en junio de 1995, todavía como titular del Ejecutivo.

La Razón
La RazónLa Razón

El actual senador territorial socialista reconoció que la financiación autonómica no era favorable para los valencianos y lo atribuyó a que «cuando se negociaron el traspaso de competencias, los valencianos teníamos una deficiente dotación de servicios públicos, y los montantes económicos que llegaron lo hicieron en consideración de estos escasos servicios públicos».
Lerma señaló que «el presupuesto de la Generalitat es mil euros inferior por habitante que la media de España y eso no es solo achacable a la financiación que llega del Estado, también hay que ver qué se hace con los impuestos cedidos, si se suprimen o si se controla el fraude fiscal o la economía sumergida».
El ex presidente dijo sentir honda preocupación porque «desde el año 2000, la Comunitat Valenciana ha bajado del 96,7 por ciento de la media nacional de PIB al 90 por ciento y esto no ha ocurrido en ninguna comunidad autónoma de las que están por debajo de la media del PIB de España, pese a que hemos crecido en población». Lerma dijo que los tres problemas principales de la Comunitat era la mala educación a los jóvenes, la falta de inversión productiva y la nula inversión en I+D+i del sector privado.
Explicó que «echarle todas las culpas a Madrid era reconocer el fracaso del autogobierno» y pidió superar el uso partidista de las instituciones: «Cuando se convoca la Conferencia de Presidentes, estos no van a exigir lo que necesitan sus comunidades, sino a criticar al presidente Zapatero».
Dijo que «hay mucha gente en España que se cree que aquí somos ricos y no es cierto que somos la región más próspera... y así no nos dan cuando vamos a pedir».
Ayer también compareció el senador popular Rodríguez Marín quien pidió una reforma del Senado para no estar sometidos a la disciplina de partido.