Cuba promete cambios para que la UE revise su Posición Común

BRUSELAS- La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, se encuentra en un auténtico cruce de caminos sobre Cuba. Así lo explican miembros de su equipo, que señalan que la británica no tiene claro qué recomendación, y propuestas, planteará en enero a los ministros de Exteriores sobre una nueva relación con Cuba.

Los argumentos en contra de normalizar la relación se vieron reforzados de nuevo el miércoles, al impedir el régimen castrista el viaje a Estrasburgo del disidente Guillermo Fariñas para recoger el premio Sajarov. La disidencia ha explicado además en persona al equipo de Ashton sus objeciones al levantamiento de la Posición Común de la UE, ya que, como confirman fuentes comunitarias a este diario, se han reunidos con los opositores, incluido Fariñas, en Bruselas y La Habana, hasta donde viajó una delegación comunitaria hace dos semanas.

Una sola concesión castrista
Para convencer a los europeos, las autoridades cubanas han prometido no obstante nuevas reformas en línea con algunas de las demandadas de los opositores, según explican fuera de micrófonos las mismas fuentes.

Raúl Castro habría adelantado a los europeos cambios en al menos uno de los cinco puntos exigidos por Fariñas en su discurso a la Eurocámara para eliminar la Posición Común, que condiciona la relación al avance en derechos humanos y democracia. Son la liberación sin destierro de todos los presos políticos, además del compromiso de no más encarcelaciones políticas; suprimir las palizas y amenazas a los opositores pacíficos; eliminar las leyes cubanas contrarias a la Declaración Universal de Derechos Humanos, creación de partidos políticos opositores, prensa libre y sindicatos independientes, y permitir a la diáspora participar en la vida pública cubana. Tras la insistencia de España, los Veintisiete acordaron permitir a Ashton contactos exploratorios para abrir una nueva relación con Cuba.

Españoles en huelga de hambre tras expropiarles Chávez
Los hermanos Carlos y Luis Solórzano, de nacionalidad hispano-venezolana, junto a tres de sus hermanos, retomaron ayer una huelga de hambre indefinida ante el «incumplimiento» de un acuerdo del Gobierno de Venezuela para el pago de sus fincas expropiadas en el año 2005.