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La Razón
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Las alarmas se han disparado. ¿Se casa o no se casa la Duquesa de Alba en los próximos días? Yo pongo, no solamente las manos en el fuego, sino el cuerpo entero por Cayetana. Ella, hace más de un año, anunció a sus más íntimas amigas que se casaba con Alfonso Díez después del verano. Los últimos acontecimientos, como legalizar públicamente el reparto de la herencia, que estaba estipulada desde que el difunto duque consorte, Jesús Aguirre, vivía, han levantado las primeras especulaciones. Cierto es que algunas propiedades no se habían incluido, como por ejemplo el supremo palacio de Dueñas de Sevilla. Éstas pasan a la Fundación, con lo que las recibe el heredero, el Duque de Huéscar, que además de futuro Duque de Alba, es padre de dos hijos muy sevillanos. Con esta decisión, Cayetana sabe que el palacio tendrá siempre la vida que ella le dio. Apuntan algunos que por qué el clásico itinerario de verano de la duquesa ha cambiado. De San Sebastián va directamente a Ibiza acompañada de su fiel amiga María Dolores y en Marbella, se le espera en los primeros días de septiembre, no en los de agosto como era tradicional. ¿Estas alteraciones tienen algún significado? Lo dicho, confirman lo que la duquesa anunció a sus íntimos hace catorce meses. Que entrará en el otoño de 2011 como esposa de Alfonso Díez. Que no me vengan ahora como la canción que popularizó Massiel. «Yo tuve tres esposos y a los tres sobreviví». ¿Cómo se casará? En total, totalísima intimidad. Novios, padrino e hijos. Será por la iglesia, naturalmente. La duquesa tiene a gala tres cosas: ser católica, monárquica y española. ¿Quién la casará? Lo lógico es que sea su cura de capilla y además amigo: el padre Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp. Y no tiene por qué ser el día 29 de septiembre cuando se celebre la boda.