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Un mix poco rentable

Despegue, expansión, pero demasiados bandazos en políticas energéticas respecto a las renovables. Así, se pueden definir los últimos ocho años que ha vivido el sector. El futuro parece prometedor, las renovables son hoy más baratas y más potentes que cuando empezaron 

Un mix poco rentable
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Despegue, boom y demasiados bandazos en política energética. Estos ocho años han dado para mucho en el sector energético, pero poco se ha hecho para ahorrar. De ahí que el mayor reto siga siendo reducir la dependencia energética. Con las diversas subidas de los precios de los hidrocarburos y las futuribles resulta inasumible para nuestra economía seguir comprando 650 millones de barriles de petróleo al año. Y es que, aunque España desde 2007 sea exportador final de energía, es dependiente en un 75 por ciento. Y la factura de importaciones ha empeorado, a pesar de la crisis. Entre enero y julio gastamos 5.539 millones de euros en gas (un 17,1 por ciento más que el mismo periodo de 2010). En petróleo, 17.737 millones. Es decir, un déficit energético de 23.878 millones que al acabar el año podría llegar a 46.000 millones. Y eso por ahora, «el precio del petróleo, del gas, carbón y uranio va a seguir subiendo. Hay que reducir las importaciones. El Ministerio de Industria aseguró, en 2010, que las primas a las renovables costarán al consumidor 126.000 millones de euros en los próximos 25 años. Es decir, 5.040 millones al año, cuando en importaciones de hidrocarburos son unos 40.000 millones, un billón en 25 años. Es decir, diez veces superior a los costes de las renovables», asegura Javier García Breva, presidente de la Fundación Renovables.
Pero, ¿qué ha pasado en ocho años? El paisaje, que no los tejados, dan buena prueba de los importantes cambios producidos en tan poco tiempo, con la entrada de las renovables, así como con la penetración progresiva del gas natural desde finales de los años 90.
«Hace ocho años, la potencia eléctrica renovable alcanzó 24.563 MW, que permitieron producir 59.000 GWh. En 2010, la electricidad generada por renovables fue superior a 97.000 GWh», según fuentes técnicas del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). En conjunto, «la producción de renovables eléctricas y térmicas generaron, en 2010, 14.678 ktep de energía primaria, 1,6 veces más que en 2003», añaden.

Logros
Sólo la eólica, con 21.158 MW instalados en 2011, es capaz de abastecer el 16 por ciento de la demanda; Es decir, el consumo eléctrico de 13 millones de hogares. Todo un logro cuando a finales de 2006 había 11.615 MW (un 15,8 por ciento más que en 2005). Los 42.976 GWh anuales generados en 2010 han permitido superar a Alemania convirtiéndose nuestro país en el primer productor eólico de Europa, a pesar de tener menos potencia instalada y de que las tarifas alemanas son más altas. «Los primeros aerogeneradores en el año 82 tenían 8 kW de potencia, 600 kW en 2003 y ahora los hay de 2 MW y prototipos de 7 MW», explica Alberto Ceña, director técnico de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).
Sin embargo, todo ese impulso de los últimos años peligra por el último borrador de Real Decreto eólico que aboca al sector a la parálisis, poniendo en la cuerda floja unos 12.700 millones de euros de inversiones en España. Además, haría imposible el cumplimiento de los objetivos del Plan de Energías Renovables 2011-20, que prevé la instalación de 1.430 MW eólicos al año.
Pero el mayor boom, se ha vivido con la fotovoltaica. Desde que Enrique Alcor, director comercial de Atersa y secretario de la Asociación Empresarial Fotovoltaica (ASIF), trajera a España el primer panel solar de sólo tres varios, con el que iba de pueblo en pueblo para darlo a conocer, mucho ha variado la situación. Por cierto, que el panel con el que recorrió media España a finales de los años 70 sigue funcionando.
«En 2003, había 1.554 instalaciones de 11 MW en total; ahora, hay 55.992 que suman 4.010 MW, según el último dato de la Comisión Nacional de la Energía», explica Tomás Díaz, portavoz de ASIF.
De hecho, ese crecimiento se tiñe en 2008, cuando se denunció el fraude solar alegando que había instalaciones que cobraban sin ni siquiera estar conectadas a la red. Si bien, tras tres años hablando de un fraude masivo en fotovoltaica, la CNE finaliza una investigación sobre más de 9.000 instalaciones solares sospechosas y concluye que se habían hallado irregularidades, no ilegalidades, en casi el 30 por ciento. «Sólo» se había cometido «una ilegalidad en poco más del 0,6 por ciento», recuerda Díaz.
El precio por la mayor demanda también bajó. «Ahora hay paneles de aproximadamente un euro por Watio pico, hace ocho años costaban tres veces más», añade Díaz.
Así, hace ocho años la fotovoltaica no aparecía ni en las gráficas de producción eléctrica (o lo hacía con un 0,1 por ciento) y en 2010 cubrió el 2,5 por ciento de la demanda. Y el pasado julio las tecnologías solares (fotovoltaica y termoeléctrica) llegaron a cubrir el 5,6 por ciento de la demanda nacional», añade Díaz, que reconoce que el «sector atraviesa un momento muy duro a corto plazo (por las medidas retroactivas del Ministerio de Industria), brillante a medio (quizá por aquello de que el autoconsumo, por fin plasmado en un borrador, está cerca), pero deslumbrante a largo plazo. En unos pocos años la fotovoltaica será más barata para los ciudadanos que se ahorrarán muchos euros en la factura de la luz produciendo su propia energía con sus propios paneles».
Pero el mayor reto de las renovables, sigue siendo cómo almacenar la energía para cuando deja de soplar el viento y no hay sol. Aunque medidas hay: baterías de ión de litio, volantes de inercia, sales fundidas, centrales hidráulicas reversibles, aire comprimido... Prueba de ello son las centrales termosolares, una renovable relativamente nueva que arrancó en España «en 2007 con 11 MW instalados. En noviembre de este año ya hay 1.002 MW, que producen 1.891 GWh», informan desde Protermosolar. Así, la planta Gemasolar, inaugurada este año en Andalucía, puede producir energía las 24 horas del día en los meses de más calor, al guardar térmicamente las sales fundidas.

Retos
Y mientras esta senda abre el camino al almacenamiento, el reto de futuro de las renovables pasa por reducir los residuos, ya que se estima que en 2030 se producirán más de 130.000 toneladas de residuos solares en Europa. Algo que ya empiezan a hacer con la repotenciación eólica y con la instalación de puntos de recogida de módulos fotovoltaicos (como en Alemania), ya que el 85 por ciento de un módulo solar se puede reciclar.
En nuclear, en cambio, pasa por construir un Almacén Temporal Centralizado (ATC). Su ausencia está pasando factura: pagar 60.000 euros diarios a Francia desde enero de 2011 por los residuos de Vandellós I y 330.000 al año a Reino Unido por los de Garoña (en 2015, habremos pagado a Reino Unido 10 millones). En fin, un mix que sigue sin ser sostenible económicamente.