Plaza de España

ANÁLISIS: IU parte las langostas y el bacalao

El alcalde está reprogramado sólo para inaugurar y por eso se siente «cómodo»

La Razón
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Con las declaraciones de Antonio Rodrigo Torrijos al día siguiente de publicitarse en la prensa escrita la imagen de su «abordaje» a una ostentosa mariscada podrían rellenarse varias páginas. No ya de periódicos, sino de manuales de autoayuda. La habilidad con la que convirtió el temido Pleno de las ordenanzas fiscales –por propios (los concejales) y ajenos (la prensa) dado su tedio y complejidad– en un espectáculo de autobombo denota la alta estima en que tiene a su persona. Las cuestiones a dirimir –subida de tarifas de Tussam, del impuesto de circulación a motos y otras minucias de ese calado– no requerían debate, más sabiendo que el pacto PSOE-IU iba a aprobarlas para su paso a la posteridad sin florituras.

- Presbicia mental. Se siente cómodo en su papel de primera figura de la vida política. Quizá el Pacto por la Mayoría Social incluía una letra tan pequeña que el alcalde, con más presbicia mental que visual, se limitó a firmar, dejando su puesto a merced del socio de Gobierno. Monteseirín parece reprogramado sólo para actos «amables», de ahí lo «cómodo», según admitió la pasada semana, que se siente con IU como compañero de viaje. Su reacción en los acontecimientos del último mes lo prueba. 29-S, el delegado de Empleo participa en un piquete violento: el alcalde da por buena su negación de los hechos y para su reprobación vota en blanco; ante la publicación de las fotos de la mariscada de Torrijos, aún por dirimir si se pagó con dinero público, se limitó a informar de su placentero estado actual. En cambio, encabezó orgulloso la entrega de llaves del nuevo mercado de la Encarnación y la reinauguración de la Plaza de España –los funcionarios andaluces y los eventuales de Tussam no estaban al tanto de que acudía en calidad de florero y le plantaron una protesta–.

- Hiperactivo. La diferencia entre Torrijos y Monteseirín es que el primero va de retirada y el de IU necesita rascar votos para 2011. De ahí su hiperactividad. A sus larguísmos apellidos políticos –primer teniente de alcalde y delegado de Infraestructuras para la Sostenibilidad no pueden faltar en sus convocatorias de prensa– y su prolífica pluma de bloguero, ha añadido recientemente la faceta de periodista multimedia. Y de los buenos. Se estrenó reventando una exclusiva pese a que no consideraba noticia la publicación de la instantánea que confirma su habilidad para «desvestir» langostas y similares.

- «Off de record». Una vena reportera que debería inculcar en Giralda TV. La cadena municipal, pese a ser la única que grabó estoicamente el Pleno del miércoles, no recogió en su servicios informativos la jugosa parte en la que el primer teniente de alcalde utilizaba su turno de palabra para dirimir cuitas personales. Se lo impedían dos apartados de su libro de estilo ya que la incursión no afectaba a la vida política de la ciudad y, además, se refería al «caso Mercasevilla». ¿O es que las declaraciones eran «off the record»?

- Envidia. En su blog, Torrijos pide disculpas a sus seguidores por su personalismo. Falsa modestia, está en su salsa. Igual que las «delicatessen» que colmaban la mesa a la que se sentó con Fernando Mellet en Bruselas. Malas fechas para mostrarla: ni en el cercano Solsticio de Invierno se hallarán en los hogares centros tan exquisitos. Atentos al repunte de afiliados a IU, por lo que pueda caer bajo la mesa...