Los Ángeles
Herbie Hancock: «No extraño a Miles Davis porque creo que no se ha ido»
Cuando la leyenda del jazz Herbie Hancock, de 70 años, se dio cuenta de que la humanidad no puede sobrevivir a no ser que se una, decidió aportar su granito de arena con el trabajo «The Imagine Proyect». Para este álbum, Hancock (12 Grammy le avalan) ha colaborado con artistas de once países en siete lenguas diferentes. Siempre que podía se desplazaba al país de origen cada uno para atrapar un poco de su cultura.
Inmerso en una gira que le llevará por todo Estados Unidos y Europa, recalará en España en verano (Peñíscola, 9 de julio; Cap-Roig, 24 y Madrid, 25). Acaba de recibir el homenaje que le ha tributado el Carnegie Hall, que se completará con otro el 1 de septiembre en Los Ángeles. El disco incluye colaboraciones con Juanes, Seal, Pink, Jeff Beck, Dave Matthews y Los Lobos, entre otros. En la selección de temas destacan «Imagine», de John Lennon, y «Exodus», de Bob Marley. -¿Por qué un disco con canciones en sietes idiomas con artistas de once países?-Pensé primero en el propósito: transmitir la paz a través de la colaboración global. Es el mensaje con un disco como soporte. Hay que abrirse para respetar las diferentes culturas. Un día me pregunto: ¿De qué manera se puede respetar otra cultura? Entonces, me vino la idea como si me cayese una tonelada de ladrillos encima: con el lenguaje. Empecé a pensar en la música de fuera de América, mientras viajaba por países diferentes y pude ver otras culturas. No podemos acotar nuestro espacio a nuestra nación, necesitamos hacerlo de forma global. Por eso, quería hacer un disco en múltiples lenguas. El jazz significa vivir el momento. Y es de lo que trata en este disco.-¿Se topó con algún problema?-El budismo dice que si hay algo que intentamos hacer por la gracia del bien no hay duda de que nos encontraremos con obstáculos, siempre pasa. Y sabía que iba a sueder en este disco. ¿Qué pasó? Algunos de los artistas no aprobaron las actuaciones y me vi obligado a reemplezarlos. -¿Hablamos de alguien en particular?-(Ríe). No, no voy a dar nombres. Por ejemplo, le pedí a Sting que participase, pero le fue imposible. Otros querían, pero no pudieron. Nadie me rechazó porque no quisiera hacerlo, que quede claro. -Las críticas afirman que algunas canciones nunca debían ser modificadas. -¿Sí? ¿Cómo? ¿Qué? (Ríe). - Hay algunas canciones que bueno, como por ejemplo, «Overcome», que significan mucho para la humanidad. Sin embargo, no quiere decir que no las podamos tocar. Ocurre lo mismo con «Imagine». Podemos hacer que tenga un sabor diferente.-¿Echa de menos a Miles Davis?-Bueno, lo curioso es que no le echo de menos porque pienso que aún no se ha ido. Me parece que está presente, siento su esencia desde mi propia experiencia con él y forma parte de mi vida porque su influencia me marcó. Cuando tomo determinadas decisiones, me paro y pienso: ¿Qué diría Miles? También, me digo: «Creo que estaría contento por esto o aquello» o «me parece que no le gustaría nada tal cosa». (Ríe). -¿Cómo va a ser el «show» en directo de este disco?-Me gustaría poder montar una actuación multimedia. De esta manera podríamos tener en el escenario a Juanes o Pink. Y bueno, además no olvidemos que soy un músico de jazz, lo que te da mucho espacio para improvisar. La importancia del silencioAprendió a tocar el piano a los tenía siete años. Pronto se convirtió en un niño prodigio. Interpretó como solista el primer movimiento de un concierto para piano de Mozart a los once años con la Sinfónica de Chicago. En mayo de 1963, Miles Davis le pidió que se uniese a su banda, de la que formó parte durante cinco años. A Davis le dio un sonido amplio y audaz con marcadas raíces en el blues. Del trompetista y compositor, absorbió la importancia del silencio y espacio.
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