Política Cultural
Sólo piedras por Sabino Méndez
E n nuestro país, inventamos al español proactivo mucho antes de que los psicólogos descubrieran lo que significa ese adjetivo: se llamaba Quijote y se caracterizaba por su incapacidad de quedarse quieto cuando detectaba una injusticia. Si poseo genoma peninsular, no puedo ignorar los malintencionados ataques que se están dando contra la propiedad intelectual. Así que me enrolé en una candidatura a la SGAE que pretende desfacer ese entuerto.
La cosa era arriesgada: actualmente el gañán medio le tiene más manía a la SGAE que a Hacienda (lo cual no deja de ser curioso, porque esta última le saca mucho más) con lo cual suponía como presentarse a un programa de televisión que se titulara «insúlteme usted».
Pero es bueno un cabal conocimiento de la gente de mi profesión y, en general, se aprende mucho de su trato.
Por ello, me ha decepcionado uno de los argumentos que los disidentes de SGAE han esgrimido para criticar el actual estado de cosas. Como la SGAE se dedica a comprar y rehabilitar teatros arruinados para volver a ponerlos en activo, dice que eso es comprar piedras para especular. Vamos a ver, no seamos brutos. Los teatros no son sólo piedras. Los teatros son unos edificios atípicos y difíciles, diseñados con una forma muy especial para que puedan albergar cultura y unos momentos emocionantes dónde el público entiende que el arte es como una ceremonia sin red a pleno sol. Si la SGAE pretendiera realmente especular con el ladrillo, estaría comprando apartamentos en Torrevieja y no teatros. No nos confundamos, porque seguir esa línea de pensamiento lleva a sostener que los anfiteatros de Delfos o Epidauro son una birria polvorienta, sólo apta para que les pegue una barrida Paco El Pocero. Y eso ya lo dijo Gila pero en broma, hombre.
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