En casa sin mover un dedo

Como en casa, en ningún sitio. Sobre todo, para quienes continúan pegados a su fiel compañero, el pitillo, y están obligados a salir del establecimiento para fumar. De ahí que se haya convertido en una tendencia en auge abrir las puertas de casa a nuestros invitados, contar con las propuestas culinarias de las numerosas empresas «gourmet» y abonar la cuenta entre los comensales. Una manera redonda de apuntarse a la «gourmetmanía» casera sin salir escaldado. Catering, chefs privados, restaurantes con servicio «take away», tiendas y espacios culinarios de la red facilitan la vida a sus clientes con sugerentes menús a la medida del bolsillo. Una filosofía que comparte Caritina Goyanes, que mañana y pasado, día de Navidad, así como en Nochevieja y Año Nuevo, los encenderá lo menos posible. Se apunta a la moda de no complicarse y tirar de platos preparados o semi preparados, «porque están ricos y son prácticos. Lo importante es estar con los nuestros», dice la propietaria del catering Six Sens. Para lograrlo, desvela sus secretos: «El lomo de salmón marinado a la pimienta negra que venden varias marcas, los crêpes congelados de marisco y pescado y la crema de bacalao con huevas de Islandia son algunos bocados de lujo ideales para poner en la mesa. La cuestión está en la combinación de los ingredientes y en la presentación». Y nos desvela su menú de Navidad: lomos de salmón ahumado con salsa de eneldo servido en tostaditas, pularda rellena con patatas gratinadas y, de postre, turrones y polvorones, que es Navidad.
 

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