«Del Estatut sólo nos interesan las perras»

Aunque el hombre del tiempo anunciaba un chaparrón en el Pirineo catalán, la única tormenta que ayer hubo en la boda de Xènia y Xavi fue un rifirrafe en torno a la sentencia del Estatut entre los primos de la novia. «¿Alguien irá a la manifestación del próximo sábado en contra de la sentencia?», preguntó uno. «A mí lo que pase con el Estatut me importa un pepino, sigo durmiendo muy tranquila», dijo a bote pronto Eli. Su respuesta irritó de tal modo a su prima Carmen que le azuzó con un «¿cómo puedes dormir tranquila? El Estatut afecta a todo». Pero Eli no se inmutó. «Dime lo que quieras, yo el sábado que viene estaré en la playa, mientras tú aguantas una pancarta», zanjó.El sol y la playa serán los principales enemigos de la manifestación que el próximo sábado se celebrará en Barcelona bajo el lema «Somos una nación. Nosotros decidimos». Entre un fin de semana en la Costa Brava o protestar contra el recorte del Estatut, Salva y Mireia, un joven matrimonio de Barcelona, se queda con la primera opción. Ella trabaja como fisioterapeuta en un centro médico y asegura que esta semana ningún paciente le ha comentado el tema. «Todo el mundo me habla de lo mismo, del calor, que empieza a ser insoportable, y de las vacaciones», resume. Lo mismo dice una farmacéutica del barrio de Sarrià y el propietario de un bar en el Eixample, aunque este último discrepa en una cosa, «aquí se ha hablado de fútbol, del mundial y de Sandro Rosell».Salva, que trabaja como «controller» en una multinacional catalana, tampoco ha analizado la sentencia del Estatut con sus colegas. Sin embargo, admite que «es inevitable no estar al día de que el Tribunal Constitucional (TC) ha recortado el Estatut, porque los políticos nos bombardean todo el día con la sentencia». Salva lanza la siguiente reflexión: «¡Ojalá los políticos dedicaran el mismo tiempo que dedican al Estatut a resolver la crisis económica!».Desafección políticaEl principal problema de la clase política catalana se llama desafección. En la última sesión de control en el Parlament, todas las preguntas fueron sobre la sentencia. Pero en el último barómetro de opinión pública de la Generalitat, el Estatut no aparece entre los problemas prioritarios de los catalanes. El 62 por ciento comparte que el paro es el principal dolor de cabeza de Cataluña. Y sólo un 2,9 por ciento opina que es la financiación autonómica. Además, un 74 por ciento piensa que los políticos sólo buscan el beneficio propio y un 53 por ciento no habla apenas de política. En este segundo grupo no está Elisabet Pitarch. Lo primero que hizo el martes al llegar al trabajo fue analizar con sus compañeras la sentencia. Tiene una explicación: son funcionarias de la Generalitat. Si bien discrepan en cuestiones de símbolos y lengua, comparten que era de esperar la estocada a la Justicia, «porque el Estado tiene competencia exclusivas en esta materia». Manuel Camiño y José Florencio Martínez también han debatido sobre el Estatut. Tras conocerse la sentencia, Camiño se encontró con su vecino, «el de ERC», y le preguntó por el Estatut. «En España no nos quieren», le dijo, a lo que el librero contestó: «A ver si vas a ser como Valle-Inclán, que cuando le preguntaron qué opinaba de los franceses respondió que no los conocía a todos». Camiño y Martinez no son nacionalistas y comparten que «del Estatut sólo nos importan las perras, no las nacionalidades». Ya lo dice el dicho, en Cataluña «la pela es la pela».