Nueva York
Irina Shayk rumbo a Nueva York con Cristiano por Jesús Mariñas
El rubio jugador se apuntó a la presentación de la casa italiana de joyas Morellato y compartió desazón y emociones con Paolo Vasile y una Ivonne Reyes bellísima y que no encontraba acomodo. Le pasó lo mismo que a Regina do Santos. Nadie entendió qué pintaba en la cita. Chocaba con la apostura de Guti, mientras Romina Belluscio cuidaba su embarazo, no vaya a malograrse como la boda. Receñido con unos «jeans» de Dsquared de 500 dólares y unos rutilantes zapatos de Louis Vuitton, otro dineral, se distinguió como el más «chic» de nuestros futbolistas. Parece más joven tras quitarse la perilla. Remataba elegancia con una chaqueta de esmoquin que, al contrastar con los vaqueros, se distinguía del encorbatamiento de Vasile y de Masimo Carraro, todopoderoso de la firma veneciana Intimissimi que tiene a Irina Shayk como recién estrenada imagen.
Hubo suspense con la impresionante maniquí rusa de rostro tan parecido al de Sara Carbonero, un bellezón «made in Spain», de la que Guti habló excelencias, mientras el empresario italiano elogiaba a Susanna Griso, que vivió un curioso incidente: como Irina demoró su aparición más de una hora, los gráficos retrataron a la rubia presentadora, que lució un chaleco con monedas antiguas. Resultó un buen complemento al demin sobre sandalias hasta el tobillo. Cuando los objetivos la fulminaban en el «photocall», apareció Irina con un vestido blanco. Gael, su representante, advirtió: «Nada de preguntarle por Cristiano». Todos nos quedamos estupefactos. ¿Qué pintábamos en el hotel Miguel Ángel, cuyos jardines acogían una cena para seguir el encuentro? La guapa no mostró excesivo interés y desoyó los gritos de los fotógrafos.
«Que hubiese llegado a tiempo, este momento es de Susanna», gritaron hasta el desgañite. Y la rusa esperó su turno cuando iba de protagonista absoluta. La protesta impactó a Paco Arango y Héctor Dona, que habló de su libro sobre Pastora Imperio. Se trata de un homenaje sentido a quien movió los brazos como nadie. Buena recreación histórica la de Dona al colaborar con María Esteve, nieta de Regla Ortega. Dos dinastías reunidas que juntan de nuevo a Pastora y a El Gallo, auténticos mitos olvidados.
No faltó tensión, decaimiento y un Guti plácido fumando un narguile de manzana. «Apendí en Turquía y me relaja», dijo intranquilo por lo cansino del juego. «Tú tendrías que estar ahí», le gritó más de una, y sonrió sin descomponerse, como Michelle Bertolucci bajo su planchadísima alpaca. Pendientes de cada jugada e infortunio, sólo respiraron en los últimos minutos, mientras Irina casi suspiró: «Al no clasificarse Portugal, el domingo Cristiano y yo nos vamos de vacaciones a Nueva York», confesó en su única cita al ídolo luso.
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