Bilbao

Arte capital Cáceres

Helga de Alvear abrirá su centro el día 3 en la ciudad extremeña, donde exhibirá su nutrida colección, formada por 2.500 obras contemporáneas

Helga de Alvear, delante de la obra «Transcendentalism», de Jack Pierson
Helga de Alvear, delante de la obra «Transcendentalism», de Jack Piersonlarazon

Santiago Sierra hace doblete en «la casita», que es como en la ciudad conocen al Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear, un edificio de principios del siglo XX en el número 8 de la calle Pizarro en el casco antiguo de Cáceres que fue antigua residencia universitaria y que han vuelto a levantar los arquitectos Tuñón y Mansilla. Una sala acoge el proyecto fotográfico de Sierra «Los castigados» y casi en la misma entrada da la bienvenida un óleo imponente suyo en un rojo anaranjado, muy cerca del poliedro hueco de Weiwei y de «El ídolo», de Paul McCarthy. El edificio tiene 3.500 metros cuadrados y acoge ya la exposición «Márgenes del silencio», 115 obras de la colección de arte contemporáneo de Helga (10 millones de euros tasados para pagar el seguro), que abrirá oficialmente sus puertas el próximo 3 de junio. Todo el mundo del arte nacional y extranjero desfilará por allí.

De procedencia «latina»Helga nació en Kirn/Nake (Alemania) y en 1957 se trasladó a España. Quería aprender español. Cumplió su objetivo y se casó con un arquitecto, Jaime de Alvear. Tiene tres hijas, María, Ana y Patricia. El jueves celebraron su 51 aniversario. Es curioso escuchar a la galerista cuando se confiesa «latina», con sus ojos azulísimos, su levísimo acento y su pelo rubio. Una jornada con ella da para escribir un libro. Enlaza una frase con otra, titular con titular. Mientras nos enseña el imponente árbol de Hugo Rondinone, una compra que salvó la feria Frieze de hace unos años, llega la primera confesión: «Me enamoro de una pieza y me da igual el artista». La colección de Helga, 2.500 obras, irá rotando en las salas del centro, pero no habrá exposición permanente «porque sería un museo y yo estoy en contra de ellos. ¿A favor de mover cuadros de un museo a otro? "Las Meninas"tienen que estar en su sitio, lo mismo que "El Guernica". Yo quiero ver "La ronda de noche"en Amsterdam y a Bacon en la Tate Modern. Así las obras no sufren y se pueden volver a visitar». Helga ha donado su colección a Cáceres. En 2003 empezaron las reuniones: buenas palabras y pocos hechos. «Y es que los políticos no entienden de arte, no han sabido apreciar la colección». Tabakalera, en Bilbao, se echó para atrás («las obras de rehabilitación les parecieron carísimas», comenta). También Granada, Vigo, San Sebastián y Madrid. Con Rodríguez Ibarra fue distinto: «Hubo conexión. Cuando salí de su despacho la primera vez sabía que se iba a quedar aquí la colección. Él se tiró a una piscina y los otros no tuvieron el valor de hacerlo». Helga dice que España le ha dado un regalo, la Fundación, y ella le ha proporcionado otro, sus obras: «Se quedarán en Cáceres. Cuando los trabajos estén completamente acabados, en 2 o 3 años, tendremos 10.000 metros cuadrados para exponer arte. Éste es mi país. No se me ha pasado por la cabeza llevarme de España la colección», que supondrá un revulsivo para la ciudad. Tiempo al tiempo.

Las negociaciones¿Qué pidió Helga a Cáceres? "Una funda adecuada", diseñada como un guante por Tuñón y Mansilla. El edificio, cuyas obras de rehabilitación han tardado 5 años y costado 9 millones, tiene dos plantas hacia abajo y otras dos hacia arriba. «Mi vicio es el arte. Los fines de semana los pasaba leyendo, aprendiendo y conociendo. Apuesto por un artista antes de que llegue su momento. Confieso que tengo mucho peligro porque donde voy, compro, aunque jamás para especular». Y desvela que tiene un tope: 350.000 euros. «No pienso en el artista que me gustaría tener. Soy impulsiva, algo que nos pasa a los coleccionistas de verdad». ¿Cómo compra Helga? «Con el ojo, no con el oído». Y entre estas 115 piezas imponentes están Schütte, Horn, Uslé, Carsten Hollern (su vitrina de setas es un sueño), Juan Muñoz, Knoebel, Beuys, Mona Hattum (atención a su «Círculo vicioso»), Judd, Flavin, Dave Graham, Spalletti, Kapoor, Blinky Palermo, Albers, Jason Rhoades (con una pieza caótica que ocupa una habitación), Thomas Demond...

Un espónsor para ARCOLa firma de Helga de Alvear está en el documento que la pasada semana firmaron sesenta galerías y que habla del futuro de la feria ARCO: «Hay que salir de Ifema y buscar un espónsor, ser independientes. Yo sólo admitiría a las mejores galerías del mundo. Así es como la gente compra. Habrá 20 galerías buenas y necesitamos unas cuantas muy buenas». Y habla ya en pasado de la muestra madrileña: «ARCO ha sido de las 10 mejores ferias del mundo y nos la hemos cargado nosotros. Yo jamás he ido invitada a una feria y por eso he podido hablar. ¿Por qué no pedir a un Zara o un Mango que sea nuestro patrocinador? En Europa se hace así».