Los tiempos cambian

Con la que está cayendo nadie repara en cambios que sí son de futuro. No los que económicamente nos bombardean. Coche eléctrico, radios multifrecuencia en internet, toros clonados... vinculado todo a nuevas tecnologías que, de verdad, nadie duda ya, son las que de verdad marcarán un siglo incierto. Aprovechemos este papel durante el tiempo que podamos, leámoslo a gusto, porque la vista se resentirá. Aunque, para esto también hay solución científica. Si bien, la ciencia evoluciona, cambia más de opinión que Jack White de grupo. Y miren, a él no le va mal... Hablando de música, los melómanos clásicos estamos, en cierto modo, de luto. Pero, por otra parte, renaciendo. Las radios FM sólo emiten música «clasica» de las últimas décadas, porque prácticamente no sale nada al mercado físico. Las estanterías de disco han perdido su sitio, como en breve también lo perderán los videojuegos. La radio musical y la industria discográfica concebidas hace décadas ya no tienen mucho sentido. El futuro es, de nuevo, la red. Pero internet es un universo tan amplio que será necesaria alguna regulación. Más allá de lo que plantee la SGAE u organismos similares. La Obra de Bautista ya aporta más dinero a muchos músicos que lo que ingresan por venta de discos. Pero la función social de la música se queda ahí. Los que empiezan saben que ahora es mucho más duro, no van a vivir del arte, como los ‘artistas' -qué término más vulgarizado por algunos- que han poblados listas de ventas con mejor o peor suerte profesional. Por ello, hay que reconocer a quien arranca mayor mérito y, una vez pase esta maldita crisis, arroparles en lo posible. Tienen un camino difícil, pero mucho más sencillo en cuanto a soportes.