Autonomías vs autarquías

Tres fueron tres los premiados con la Medalla de Oro en el Día de la Región. Y tres fueron tres los discursos realizados por los representantes políticos: el del alcalde de Caravaca, el del presidente de la Asamblea y el del presidente de la Región. Me detendré en estos tres últimos, porque en sus alocuciones se abordó una idea común: el Estado de las Autonomías frente al Estado de las autarquías. Domingo Aranda habló de volver al pasado para retomar ideas de unidad, mientras que Celdrán y Valcárcel se centraron en las excelencias de la autonomía regional como motor de cambio, pero también en la necesidad de poner orden al Estado de las autarquías en el que ha degenerado el Estado autonómico. A estas alturas nadie duda de los beneficios de la descentralización política, que empieza en los ayuntamientos y sigue en las autonomías. Nadie duda, y quien lo haga se equivoca, porque acercar el poder al administrado es bueno, siempre que se haga desde escenarios de solidaridad territorial y no contra la Constitución, que ha sido el mejor escenario para las libertades, la democracia y el desarrollo económico. El 19 de junio de 1982, el BOE publicó los estatutos de autonomía de Murcia y La Rioja. Tres días después, el Congreso aprobó la LOAPA, con el apoyo del PSOE, que pretendía poner orden en el Estado autonómico. Tal vez haya llegado el momento de recuperar ese espíritu, para evitar las veleidades independentistas de algunos territorios, que lo único que harían serían enfrentar a unos contra otros.