Barcelona
Leo no falló
Cristiano intentó el gol en las faltas y las marró todas. Messi buscó el gol en tres jugadas y marcó en dos. El segundo fue jugada en la que burló a cuantos defensores le salieron el paso.
El partido acabó siendo bronco. Pinto, Pepe y Mourinho, expulsados y éste, cuando estuvo en inferioridad numérica tuvo a Kaká y Granero haciendo ejercicios de calentamiento, pero los alineó. Al Madrid le faltaba gas y su entrenador no se lo dio. Aunque la baja de Pepe fuera importante, el juego barcelonista fue más decisivo.
Los jugadores del Barcelona y Madrid se saludaron al comienzo del partido fríamente; por imposición reglamentaria. Los dos equipos llevan abriéndose heridas desde la pasada campaña. Y es lamentable que suceda entre jugadores que coinciden en la Selección. El partido se pareció mucho al último de Liga. Mucha precaución, mucho miedo y cada uno a su estilo, pero sin correr riesgos. El Madrid renunció al juego que se le debe suponer. Estuvo más preocupado por defender que por atacar. El Barça a ritmo lento, pausadamente, tardó cuatro minutos en hacerse con el balón. Suya fue siempre la pelota.
El Real Madrid cortó pronto su presión y el sistema de Mourinho volvió a decepcionar a quienes creen en la necesidad de la excelencia. El entrenador madridista volvió a creer en el resultado y si le salió bien la final de Copa no pensó en otra cosa que no fuera tratar de eliminar a los mejores barcelonistas.
Pep Guardiola colocó a Villa y Pedro en las bandas para abrir el campo y evitar los apelotonamientos por el centro para que Xavi y Messi pudieran entrar. Valdés paró con dificultades un tiro fuerte y lejano de Cristiano, pero Iker, con dos grandes paradas, especialmente en los remates de Messi y Xavi, salvó en principio a su equipo. Luego no pudo.
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