OPINIÓN: Entender los silencios

Tengo la fortuna de conocer a Mariano Rajoy desde hace décadas, llevo trabajando a su lado más de 15 años. Procuro ser objetiva cuando hablo de él, espero conseguirlo, aunque para mí no es solo mi jefe sino también mi amigo.

Inteligencia, fino sentido del humor, memoria prodigiosa, discreción, generosidad, cercanía y humildad. Es muy familiar, disfruta con las cosas sencillas, es fino observador. Tiene una paciencia casi infinita. Sabe delegar, pero analizando previamente mucho en quien delega. Sus silencios descolocan a quien no le conoce. Es muy perfeccionista, analiza los documentos que le preparas y termina sabiendo más que tú de todos los temas. Es cariñoso y se preocupa de que estés a gusto. Es un hombre de palabra, de fiar. Mariano Rajoy me dio su confianza primero al pedirme que fuera con él en la lista de candidatos a las elecciones del año 96 por Pontevedra y después nombrándome directora general de Muface y posteriormente subsecretaria en tres ministerios: Educación, Cultura y Deportes, Vicepresidencia Primera y Ministerio de Presidencia y en el Ministerio del Interior. Mi responsabilidad en todos ellos era la gestión de recursos humanos y económicos. De él aprendí la verdadera gestión pública, cómo optimizar recursos, cómo gestionar con eficacia, cómo priorizar necesidades, cómo planificar y cómo cumplir los objetivos marcados con la mayor eficacia. Tendría que haber pagado por estar allí. A su lado he tenido una experiencia que es impagable. De Mariano Rajoy he aprendido que una buena formación y mucho trabajo son claves, que es bueno ir pasito a pasito, escalón a escalón. No hay nada peor que te nombren algo para lo que no estás preparado.

En el Ministerio de Educación tuvo que llevar a cabo las transferencias educativas a siete Comunidades Autónomas y poner en marcha proyectos tan importantes como la reforma del Museo del Prado o la ampliación del Reina Sofía. Después, el Ministerio de Interior, la lucha antiterrorista, el apoyo a las víctimas del terrorismo. Momentos imposibles de olvidar. Gestionar y sobre todo apoyar a nuestros cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, Instituciones Penitenciarias… y sacar adelante, en la parte que nos tocaba, que no era poca, la Presidencia de turno de la Unión Europea. Y en La Moncloa trabajar, aprender mucho, gestionar… Después han venido los años de oposición a su lado como responsable de política social. Han sido años de mucho esfuerzo y mucho trabajo y humildad, grandes dosis de humildad. En fin, una persona excelente y un gran político con experiencia contrastada y buen hacer en la gestión pública, que cree en los españoles, en la capacidad de este país para salir adelante y que tiene un proyecto para lograrlo. Le queda muy poco, si los españoles, como espero y deseo, le apoyan mayoritariamente en las próximas elecciones, para estar al frente del gobierno de España.