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Brindis al sol de Arenas
SEVILLA- Una oferta imposible. Es la que hizo ayer el candidato a la presidencia de la Junta del PP-A, Javier Arenas, al PSOE: que los socialistas respeten la lista más votada y que ambas formaciones lleguen a un acuerdos de gobernabilidad. En la práctica, la propuesta se traduce en que el PSOE no pacte con IU y permita la investidura de Arenas como nuevo presidente de la Junta. A cambio, ambas formaciones acordarían las grandes líneas de gobierno de los próximos años.
La intención de Arenas es que se repita en Andalucía la fórmula excepcional que se aplica en el País Vasco, donde el apoyo del PP al socialista Patxi López permitió acabar con el Gobierno del PNV. La excepcionalidad democrática con la que se justificó ese pacto podría tener continuidad en Andalucía si PP y PSOE entendieran que la grave crisis económica obliga a una situación transitoria de entendimiento. Una hipótesis altamente improbable que el líder popular argumentó: «Este momento nos debería exigir a todos poner por encima de cualquier afán a Andalucía y el interés general».
La única condición del presidente del PP-A es que se respete «el dictamen de las urnas», que ha situado a su partido por primera vez en la historia como la fuerza más votada en Andalucía tras las elecciones autonómicas del pasado domingo.
Arenas hizo esta propuesta ayer durante su intervención ante el Comité Ejecutivo del PP-A, que se reunió en Córdoba para valorar los resultados de los comicios del 25M. Era la primera vez que valoraba públicamente el reparto de escaños de la jornada del domingo. Su premisa es que un Gobierno entre PSOE e IULV-CA traerá «más crisis y paro a nuestra tierra». Por ese motivo, recomendó a los socialistas que tengan «presente que los problemas del siglo XXI no se resuelven con recetas del siglo XIX», en clara alusión a las propuestas de los comunistas.
El propio Arenas era consciente de que sus palabras tendrán poco recorrido, porque el PSOE-A, «el segundo partido en Andalucía» tras los comicios, «hará todos los esfuerzos que tenga que hacer para mantenerse en el poder» ya que «no entiende su existencia sin el poder en Andalucía».
La respuesta del Ejecutivo andaluz se produjo a través de la consejera de Presidencia y portavoz en funciones, Mar Moreno, que tras el Consejo de Gobierno señaló que «la lectura que hacemos de las urnas nos indica claramente la preferencia de los andaluces, que marcó ayer nuestro candidato José Antonio Griñán de manera clara. Vamos a apostar por un entendimiento entre las fuerzas progresistas porque hay dos millones de andaluces que han votado progresista y un millón y medio que han votado conservador».
Ante el comité de su partido, el presidente del PP-A ratificó que el entendimiento con IU resulta «imposible». No habrá pacto «a la extremeña» porque «ese acuerdo significaría defraudar a sus votantes y a sus convicciones». Con las puertas cerradas al entendimiento con los izquierdistas y con el PSOE, al PP sólo le queda seguir en la oposición en la Cámara.
La comparecencia de Arenas sirvió para ratificar que tomará posesión de su acta de diputado en el Parlamento y que seguirá centrando su actividad política «en Andalucía». Esa opción no es incompatible con la reflexión que tendrá que realizar en los próximos meses antes de la celebración del Congreso Regional del PP-A que elegirá a la dirección del partido y que posiblemente se celebrará antes de agosto. Incluso la opción de seguir liderando el PP-A, no significa que concurra por quinta vez a las próximas elecciones autonómicas.
El presidente del PP-A defendió la campaña «sin engañar a nadie» de su partido y pidió mayor esfuerzo en los municipios de menos de 20.000 habitantes en la próxima cita electoral.
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