Atraco mortal: El último acto de servicio de Carmen

MADRID- Tenía 62 años, pero le gustaba patrullar, estar al pie del cañón. Según compañeros suyos en la Policía Municipal de Madrid, era un «ejemplo de profesionalidad». Carmen Muñoz patrullaba ayer junto a su compañero Santiago Lozano, de 52 años, en la confluencia entre la avenida de los Poblados y la calle Eduardo Barreiros cuando recibieron el aviso de un atraco a una oficina de Correos, ubicada a escasos 100 metros.

Según explicaron varios testigos, dos individuos entraron en la sucursal de Correos a mediodía y amenazaron a clientes y empleados. Tras unos diez minutos, los asaltantes lograron hacerse con varios objetos de valor, pero no con las cajas fuertes, y huyeron corriendo para alcanzar su vehículo, que se encontraba aparcado en las inmediaciones de la sucursal. «Sabemos que los delincuentes llevaban armas de fuego y armas blancas, pero lo que pasó desde que salieron de la oficina no está claro», aseveró un portavoz de la Jefatura Superior de Policía.

Según fuentes presenciales, un vecino alertó a Muñoz y su compañero de que los asaltantes estaban huyendo en una furgoneta, una Citröen Berlingo de color grisáceo. Los agentes los persiguieron y lograron interceptarlos en el número 13 de la calle Eduardo Barreiros. Justo en ese momento, según otra de las testigos, la agente Muñoz tenía un gesto de suma preocupación que presagiaba «los peores temores» de una reacción violenta.

Los policías procedieron a detener a los atracadores cuando, tras un posible forcejeo, se produjo un tiroteo. «Se escucharon tres tiros, lo que originó un caos total», relataba una socorrista de la urbanización frente a la que tuvieron lugar los hechos. Varios vecinos llamaron a Emergencias, pero la joven aseguró que la ambulancia tardó mucho en llegar. «Es vergonzoso que, pese a la cercanía del Hospital, tardara casi 15 minutos en llegar», consideró.

Fuentes de Emergencias Madrid explicaron que se recibió una llamada en la central del 112 a las 12:00 horas alertando del suceso. «Cuando llegamos, vimos a los dos policías con heridas de bala. Carmen presentaba un disparo en el tórax y se le realizó durante 45 minutos un masaje cardiopulmonar para intentar reanimarla, pero al final sólo pudimos certificar su fallecimiento», detallaron. Junto a Muñoz se encontraba su compañero, que recibió «un disparo en el hombro derecho con orificio de entrada y de salida, pero estaba consciente y se le trasladó al Hospital 12 de Octubre con pronóstico reservado», añadieron. Al cierre de esta edición, se valoraba la posibilidad de intervenirle quirúrgicamente.

El grupo V de Homicidios de la Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación. Ahora tratan de aclarar las circunstancias que rodearon al fatídico suceso, especialmente, lo que sucedió cuando los agentes interceptaron la furgoneta de los atracadores. Hay testigos que afirman que a los policías les arrebataron sus armas y que con éstas les dispararon. Sin embargo, desde Jefatura se argumentó que «no está nada claro». «No se sabe con certeza que les robaran las armas. Es posible que se las quitaran después de haberles herido», señalaron.
En cuanto a los agresores, el que supuestamente propinó el disparo sería «moreno, calvo y con perilla», explicó un testigo. El otro al parecer era mayor, y llevaba puestas unas gafas oscuras de gran tamaño. Algunos vecinos declararon que «parecían de origen magrebí», aunque se presume que uno de ellos –David Manuel Fernández, de 42 años– es de nacionalidad francesa. Según precisaron fuentes policiales, Fernández es el titular del vehículo que utilizaron los atracadores. Sin embargo, matizaron que esto no supone que esté implicado. Con todo, aseveraron que «es muy probable que sea así, puesto que tiene varios antecedentes por robo con violencia y ha estado detenido varias veces».

En el momento del tiroteo, la agente Muñoz no llevaba chaleco antibalas, algo que, en principio, «es totalmente normal, ya que no tenía por qué saber a qué se enfrentaba, puesto que ella estaba haciendo una patrulla rutinaria en el momento del atraco. Además, es raro que una persona de esa edad ejerciera esas labores», apuntaron desde Jefatura. La capilla ardiente de la fallecida se abrió ayer en la plaza de la Villa. Hasta allí se acercó la alcaldesa de la capital, Ana Botella.

Una vida en la calle que tendrá medalla
Carmen Muñoz García, de 62 años, fue de las primeras mujeres que entraron en el cuerpo de Policía Municipal de Madrid. Concretamente, ingresó en 1973, en la segunda promoción para mujeres en la región. En sus 39 años en servicio, desempeñó labores de seguridad vial y tráfico hasta 2004, momento en el que fue destinada a la Unidad Intergal del Distrito de Usera, donde trabajó hasta que la asesinaron. Sus compañeros afirmaron que era «muy activa» y que tenía «absoluta vocación». Se mantenía en muy buen estado de forma, por eso, «le gustaba mucho patrullar», aseguraron quienes trabajaban con ella.
Su labor será reconocida con la Medalla de Plata al Mérito Policial, que le será otorgada hoy por el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa.

Uno de los sospechosos, buscado en la cañada real
David Manuel Fernández Rodríguez, nacido en 1970, es el nombre de uno de los presuntos atracadores que, tras robar en la oficina de Correos de Usera, asesinaron a una agente de Policía Municipal al dispararle en el tórax. Es de nacionalidad francesa y es el titular de la furgoneta Citröen Berlingo con la que huyeron los delincuentes. Según un portavoz de la Jefatura Superior de Policía, «no significa que estuviera implicado». Aunque, según las mismas fuentes, «tiene antecedentes por atraco con violencia y ha sido detenido varias veces». Ayer por la tarde los agentes encargados de la investigación iniciaron su búsqueda en la Cañada Real Galiana.