Historia

Arquitectura

Misión: salvar la gran muralla de Jerusalén

Imagen tras algunos de los trabajos para restaurar la muralla
Imagen tras algunos de los trabajos para restaurar la murallalarazon

Probablemente no haya muchos símbolos de Jerusalén tan conocidos como las murallas que rodean la Ciudad Vieja, el casco antiguo que encierra tanta historia , espiritualidad y al mismo tiempo conflicto. Por eso, cuando la Autoridad de Antiguedades de Israel se dispuso a emprender el proyecto de preservación y restauración de las murallas y sus siete puertas abiertas, tenía claro de antemano que le aguardaba un gran desafío. El trabajo con las piedras mismas, quizá no sería lo más complicado…si uno recuerda que en el territorio rodeado por las murallas están los principales santuarios judíos, musulmanes y cristianos de Jerusalén.
Tal como la conocemos hoy, la muralla fue construida entre 1538 y 1541 por el Sultán otomano "Suleimán el Magnífico", pero su obra se llevó a cabo sobre los restos de una muy dañada muralla que ya existía desde siglos antes y que con el correr del tiempo y más que nada a raíz de las guerras en el lugar, se fueron arruinando. En varios puntos de la muralla actual, es fácilmente perceptible esas múltiples capas , testimonio de las diferentes conquistas de Jerusalén.

Todo comenzó hace algo más de cinco años, al detectarse que piedras de la muralla se habían desprendido y "aterrizado"en el patio de un colegio cristiano para varones en la zona..lo cual encendió una luz roja. Los expertos israelíes estudiaron el tema y comprendieron que no se podían demorar. Se inició pues el proyecto de restauración que duró cinco años y que finalizó recientemente, con mucho más que un suspiro de alivio por parte de los arqueólogos , expertos en restauración e ingenieros israelíes que participaron en los trabajos.

El arqueólogo Eran Hemo, Director de la Unidad de Proyectos de Restauración en la Autoridad de Antiguedades,dijo en entrevista a esta cronista, que "aquí había que lidiar con una situación en la que debíamos tener presentes la historia y las creencias, pero haciendo un trabajo profesional exacto en un lugar que no está aislado, sino que es hogar de gente también hoy".
Por un lado, se hacía presente el conflicto y la mutua sospecha a nivel nacional y religioso, como cuando hubo quien dijo que "Israel quiere judaizar las piedras de la muralla". Para comprenderlo, cabe recordar el trasfondo político: a raíz de los combates en la guerra de Independencia de Israel en 1948, la Ciudad Vieja de Jerusalén había quedado del lado de Jordania. La Legión Arabe de Jordania no permitía el paso a los judíos ni siquiera a su sagrado Muro de los Lamentos y de la puerta de Jaffa-hoy el punto de contacto más directo y conocido con la Jerusalem "nueva"- se abría fuego a todo aquel que intentase acercarse. Los habitantes del barrio judío fueron expulsados y debieron abandonar la Ciudad Vieja amurallada en la que vivían.

En 1967, en la Guerra de los Seis Días, Israel conquistó el Casco antiguo y declaró "la liberación"de Jerusalén. Pero lo que para los judíos fue "la reunificación", para los árabes fue "la ocupación". Sea como sea, Israel derribó los muros y separaciones , Jerusalén se abrió y la Ciudad Vieja está hoy abierta totalmente al pasaje de judíos, árabes y extranjeros de un lado a otro.

De todos modos, dado que la tensión política no desaparece, por más que la vida diaria es de convivencia pacífica- aunque por cierto no de gran amor-, era todo un desafío "tocar"las murallas.

Por otro lado, era necesario calmar la preocupación de la gente en el lugar cuando, por ejemplo, se trabajó para restaurar los hermosos ornamentos que adornan la parte superior de la Puerta de Damasco (Nablus), punto neurálgico de gran actividad comercial en la parte árabe, actividad que nadie podía permitirse dañar.

"Nuestra actitud fue desde un primer momento sumamente profesional. Hicimos una publicación especial, en árabe, explicando en detalle, con ilustraciones o fotografías originales , cómo eran los distintos puntos años atrás y cómo se pensaba preservar cada parte de la muralla y cada una de las siete puertas", explicó Eran Hemo. "Rápidamente todos los involucrados vieron que la única intención era preservar en forma profesional un gran monumento histórico, y los problemas desaparecieron".

Y en la parte técnica del trabajo, entraban en juego decisiones complejas sobre temas no arqueológicos. Eran Hemo da dos ejemplos concretos de dilemas con los que lidiaron en el marco del proyecto.

Uno se refiere a la puerta de Sion, en cuya entrada hay claras señales de las batallas libradas en el lugar en la Guerra de Independencia de Israel en 1948, numerosos impactos de bala. Claro está que esas marcas no fueron construidas por el Sultán…pero dado que el combate en el lugar fue un recuerdo significativo para los israelíes y que inclusive están aún con vida algunos de los participantes en aquella batalla, que tuvo lugar por el intento de socorrer a los habitantes del barrio judío de la Ciudad Vieja que estaban sitiados por la Legión Jordana, se decidió hacer los trabajos de preservación sin hacer desaparecer las marcas de bala.

La otra cara de la moneda, se da en un trozo de la muralla cercano a la así llamada Puerta Nueva (porque fue la última en abrirse, en 1889), donde durante los trabajos , los arqueólogos encontraron unas inscripciones de nombres particulares en la piedra, hechas evidentemente con utensilios sencillos. Llegaron a la conclusión de que los autores eran soldados jordanos de guardia, cuando Jerusalem todavía estaba dividida. "Parece que en momentos de aburrimiento, escribieron sus nombres en la muralla", relata Eran Hemo."Y aunque se trataba de soldados jordanos que disparaban hacia Israel, consideramos que debíamos dejarlo. Reforzamos esa parte de la pared, y devolvimos a su lugar las piedras con esos nombres ..porque son parte de la historia".

Se lidió aquí pues con el potencial de sensibilidad histórica, política y religiosa que podía surgir. Pero claro está que desde un punto de vista del trabajo profesional hecho en el marco del proyecto, el desafío principal era garantizar devolver a las murallas todos su esplendor, quitar malezas que la oscurecían, suciedad acumulada por la contaminación del aire durante muchísimos años, y fortalecer aquellas partes donde había riesgo de desmoronamientos o al menos algún tipo de desprendimientos.

Fue una forma de hallar equilibrio entre la historia antigua y la que sigue viviéndose también hoy en Jerusalén.



La puerta del Mesías
Cuenta la leyenda que el Sultán Suleimán "el magnífico"decidió construir las murallas cuando soñó que dos leones amenazaban con devorarlo a menos que erigiera murallas para proteger a los habitantes de Jerusalén..La primera puerta que construyó en la muralla es precisamente "la de los Leones", y hasta está adornada a ambos lados de su parte superior, con las figuras de dos leones..cuidando quizás a Jerusalén.

Cerca de la puerta de Jaffa, hay dos tumbas musulmanas consideradas misteriosas…Según la leyenda, allí podrían estar sepultados dos ingenieros que participaron en la obra encomendada por el Sultán, pero a quienes el monarca ordenó ejecutar al ver que dejaron la tumba de David y el Monte Sion fuera de las murallas.

El investigador israelí de la historia de Jerusalén, el ya fallecido Zeev Vilnai, cuenta en su libros sobre la Ciudad Vieja que "según la leyenda, las murallas tenían la capacidad de curar a quien se lastimaba o resultaba herido fuera de ellas". "La gente decía…que quien resulta herido, mira hacia las murallas de Jerusalén..y se cura".

Pero probablemente lo más significativo sea la creencia que por la Puerta de la Misericordia (tal cual le llaman judíos y musulmanes, aunque los cristianos suelen denominarla la Puerta Dorada), pasará el Mesías en el día de la redención y el despertar de los muertos…