Bruselas
España no pide la salida de Asad pese a la represión
A pesar de la sangrienta represión dirigida por el régimen de Bachar al Asad a las revueltas democráticas en Siria, que se ha llevado más de 1.600 vidas según los cálculos más conservadores, la UE sigue sin pedir la salida del sátrapa.
Aunque ya han impuesto sanciones al presidente y su círculo más íntimo, los Veintisiete se resisten a elevar el tono y pedir la caída del dictador. Tras la reunión de sus ministros de Exteriores, ayer en Bruselas, volvieron a condenar «en los más duros términos» la represión e insistieron en la «aplicación de reformas sustanciales» que lleven hacia la democracia, pero el presidente sirio mantiene su legitimidad para pilotar los cambios, al contrario de lo que pasó con el libio Muamar Gadafi. «Hemos condenado en los términos más fuertes» los ataques contra los civiles, dijo la ministra Trinidad Jiménez. Sin embargo, y a pesar de la insistencia de los periodistas, evitó pedir la salida de Asad, aunque concedió que al líder sirio «le queda menos tiempo para seguir al frente de su país».
Los esquivos de la ministra siguieron la línea de las conclusiones de la reunión de los cancilleres, en la que evitaron quitar de la silla al dirigente de Damasco por la inestabilidad que podría extender en toda la región, debido a sus lazos con el polvorín de Líbano, a través de Hizbulá, y con el impredecible régimen iraní. Europa pasa una vez más por el aro de la «realpolitik» frente a los valores, a pesar de que a raíz de las revueltas árabes había prometido poner fin a las malas costumbres del pasado. Y lo hace a pesar de reconocer las alegaciones de «fuentes independientes» sobre la posibilidad de que Asad haya cometido crímenes contra la Humanidad.
Sólo EE UU parece haber dado un paso más allá, al señalar su jefa de la diplomacia, Hillary Clinton, que Asad ha perdido su legitimidad. «No es indispensable y no tenemos absolutamente nada invertido en él para que permanezca en el poder», dijo la semana pasada.
La Unión Europea amenaza a Dinamarca con sanciones
Las explicaciones de Dinamarca para justificar la reintroducción de controles en sus fronteras con Alemania y Suecia no han convencido a la Comisión Europea. Tras la evaluación comunitaria sobre el terreno la pasada semana, la comisaria de Interior, Cecilia Malmström, ha vuelto a amenazar con sanciones si el Gobierno danés no corrige su posición. Aunque la comisaria mantiene el canal de diálogo abierto a la espera de que Dinamarca enmiende la medida, la sueca avisó que usará «todas las herramientas a su disposición» para garantizar que se cumple la legislación europea, incluido el Tratado de Schengen, vapuleado recientemente por los controles daneses y las presiones de Italia y Francia para reintroducir controles fronterizos.
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