Londres
Muse íntimos y explosivos
El grupo británico, que actúa el día 20 en Madrid, presentó en un potente concierto en Londres su nuevo álbum, «The 2nd Law»
Dominic Howard dijo hace poco que cuando te acostumbras a los escenarios grandes, te cuesta mucho limitarte a un teatro o un club. Lo encuentras, explicó, «antinatural». Al batería no se le puede tachar de soberbio porque, aunque Muse no es un grupo archiconocido para el pueblo llano, sus tres componentes tienen una habilidad innata para llenar estadios. Ocurrió en España en 2010, cuando 41.000 almas se rindieron en el Vicente Calderón ante sus acordes.
Con todo, los de Devon hicieron ayer una excepción al actuar en el mítico Round House, lugar de culto al norte de Camden y base central del festival itunes. La excusa era presentar su nuevo álbum, «The 2nd Law», y calentar motores para la gira que empiezan este mes y que el próximo día 20 les llevará al Palacio de los Deportes de Madrid.
Difíciles de definir
Los privilegiados que pudieron conseguir su entrada disfrutaron de clásicos como una impresionante versión de «Starlight», «Time is Running Out», «Knights of Cydonia» o, cómo no, «Uprising». Pero también, claro, los nuevos temas, en los que dominan melodías adhesivas que recuerdan a Queen y falsetes que toman cada vez más protagonismo. A pesar de que les han metido en la era «post indie» con Radiohead, Oasis o Coldplay, con los que poco tiene que ver el rock electrónico y grandioso del grupo de Matt Bellamy, tal y como dijo el cantante a la revista «Rolling Stone», «lo que nos define es que nadie nos puede definir». «Hay sonidos electro-pop y canciones que son obviamente rock clásico», señala Bellamy, refiriéndose a «Madness», «Panic Station», «Big Freeze» y «Animals» (con una explosiva guitarra), respectivamente. Y luego está «Follow me», una etérea declaración con un ritmo inusual: el latido del corazón, dentro del útero, del hijo del cantante y de su prometida, la actriz Kate Hudson.
En teoría, el nombre de este sexto álbum es por el segundo principio de la termodinámica. En la práctica, es otra de las «rayaduras» de Bellamy, obsesionado con las conspiraciones políticas, históricas, religiosas... Por eso, en la gira, el trío, completado con el bajista Chris Wolstenhome, actuará bajo una pirámide invertida, ese «ojo que todo lo ve». Extravagancias, al fin y al cabo, de un grupo que ha vendido más 15 millones de álbumes.
«Survival», el tema con el que ayer cerraron la hora y cuarto de concierto, es el más conocido de su nuevo trabajo, después de haberse convertido en la canción oficial de los Juegos Olímpicos. Más que un himno para atletas parecía un grito de supervillano: «No olvidaré, la venganza es mía, he elegido triunfar». La letra refleja su propio espíritu de superación. Desde 1998 se propusieron conseguir el título de la banda máxima del Planeta Rock. Y, visto lo visto, parece que nadie se lo va a impedir.
Profetas lejos de su tierra
En 2009, «The Resistence» fue número 1 en 19 países. Como pasara con Depeche Mode en los 80, los rockeros alternativos han sido tomados más en serio fuera que en Reino Unido. En países, según los expertos, donde la gente no teme arreglos rococó y está preparada para títulos como «Exogenesis: Symphony».
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