Cataluña

Los alto el fuego de ETA siempre acaban en fracaso

En cinco décadas de acción terrorista, ETA ha decretado once paréntesis. En total, sólo han sido 31 meses de alto el fuego entre las treguas totales y parciales. Todas ellas han sido rotas por decisión del grupo terrorista, que las ha aprovechado para rearmarse.

La Razón
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Desde que ETA retomara la violencia por última vez con el atentado en el aparcamiento de la T4 (el 30 de diciembre de 2006), la banda ha asesinado a doce personas, entre ellas un policía francés.


«Permanente». 2006.
La última vez que la banda anunció un parón en su actividad criminal fue el 22 de marzo de 2006, cuando avisó de un alto el fuego «permanente», que entró en vigor 48 horas después. Aunque fueron los propios terroristas los que anunciaron el final de la tregua el 5 de junio de 2007, 437 días después, empezaron a matar mucho antes. La banda no cesó en ningún momento sus actividades terroristas y el 30 de diciembre de 2006 llegó la constatación de que su voluntad de paz era una trampa con el asesinato de dos personas en un espectacular atentado en el aeropuerto de Madrid-Barajas.

«Selectivas». 2004-2005.
Fueron dos treguas inusuales y exclusivas en la historia de la barbarie etarra. La primera, anunciada en febrero de 2004, sólo amparaba a los ciudadanos de Cataluña con el objetivo de «unir los lazos entre el pueblo vasco y el catalán». Este alto el fuego selectivo supuso un terremoto para la clase política a sólo un mes de las elecciones generales y seis semanas después de la reunión de Carod-Rovira con un líder etarra en Francia.

Al año siguiente, el 18 de junio de 2005, ETA excluyó de su punto de mira a «todos los cargos electos de los partidos políticos de España». Esta tregua aún sigue vigente aunque luego fue suavizada en un comunicado en el que los separatistas vascos advertían de que no se iban a librar de su terror «las autoridades del Estado y quienes tengan responsabilidad a nivel del Gobierno».

«Tregua trampa». 1998.
La anterior tregua anunciada por ETA el 16 de septiembre de 1998, que se hizo efectiva dos días después y que se prolongó hasta el 3 de diciembre de 1999, fue el alto el fuego más largo de los decretados por la banda armada a lo largo de su historia. Cuatro días antes de la declaración del cese de atentados, el 12 de septiembre de 1998, las fuerzas nacionalistas PNV, HB y EA firmaron la Declaración de Lizarra, a la que después se le sumaría IU (ahora EB), junto a otras organizaciones políticas, sociales y sindicales.

En este contexto, ETA afirmó que, ante «las oportunidades» que se abrían para Euskal Herria y el deseo de «encaminarse hacia la soberanía», suspendía de forma «ilimitada sus acciones armadas, limitándose únicamente sus funciones a las tareas habituales de suministro, mantenimiento de estructuras y a su derecho de defensa en hipotéticos enfrenta-mientos». Tras 439 días sin violencia, la banda anunció que el proceso esta «podrido».

La primera, 1989.
Hasta la «tregua trampa», la más duradera había sido la ofrecida con motivo de las históricas conversaciones de Argel entre el Gobierno del PSOE y ETA, que duró casi tres meses. El encargado de mantener las negociaciones con el Ejecutivo socialista, representado por el entonces secretario de Estado Rafael Vera, fue Eugenio Etxebeste, alias «Antxon». Hasta el 23 junio de 1996 no se materializó otro alto el fuego. El anuncio sólo fue para una semana, plazo que dio al Gobierno para buscar una «salida negociada» en pleno secuestro de Ortega Lara. Aznar ni siquiera contestó.