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«Es prioridad del Gobierno de Obama recibir a Rajoy»

La Razón
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Madrid- «Ha sido una fantástica conversación nacional en la que se muestra la diversidad de Estados Unidos», fue la frase con la que Alan D. Solomont, el embajador estadounidense en España, resumió el proceso electoral en 2012. Solomont se mostró muy satisfecho con los resultados que dieron a Barack Obama la reelección y es que él fue uno de los primeros cargos que Obama designó al poco de asumir la presidencia. Desde Singapur, José Manuel García-Margallo, ministro de Exteriores español, llamó al embajador en Madrid «para felicitarle y seguir trabajando juntos en los próximos cuatro años». Solomont reconoció, en un encuentro con la Prensa española, que aunque no depende directamente de la Embajada, «es una prioridad para nuestro Gobierno recibir a Mariano Rajoy. Queremos que esto ocurra a finales de este año o el siguiente». Para demostrar que no habrá cambios significativos entre las relaciones bilaterales, el embajador utilizó una expresión estadounidense: «Si no está roto, no hay que arreglarlo». Es decir se mantiene una muy buena relación en la que «se comparten intereses comunes». «Le dije al ministro que hemos tenido una relación muy fuerte, pero siempre puede serlo más», reconoció Solomont. La Administración Obama seguirá lanzando lazos económicos con Berlín para así enfrentarse a la crisis económica, «la peor desde la Gran Depresión». En este sentido, destacó que Madrid y Washington seguirán colaborando en la retirada conjunta de las tropas de Afganistán, en la lucha contra las armas nucleares de Irán, en el apoyo de las nuevas democracias en el norte de África y en Oriente Medio. Pero Solomont también reconoció que tanto España como Estados Unidos, no pueden defender sus intereses a nivel internacional si la economía no es fuerte. Para Solomont, una de las claves de este resultado electoral ha sido el voto de los hispanos, actualmente un 16 por ciento de la población, pero que a mediados de este siglo se convertirá en un tercio de los estadounidenses. Otro importante apoyo fue el de las mujeres, «que se sintieron ofendidas por algunos comentarios de los republicanos». Por último, el lograr que los jóvenes se involucren en la campaña.