Crítica de cine/«Rosa y negro»: Delirio francés

Director:Gérard Jugnot. Intérpretes: G. Jugnot, Bernard Le Coq y Juan Diego. Guión: G. Jugnot y P. Lopes Curval.Francia/España, 09. Duración: 100 minutos. Comedia.Es reconfortante comprobar cómo el cine del país vecino, que el tópico asocia con producciones de calidad, da a luz comedias tan infames como ésta, a la altura de lo peor del cine de Alvaro Vitali. Imaginen a un Galliano del siglo XVI, en plena decadencia física y creativa, vestido de rosa chicle y con una corte de ayudantes afeminados como todo séquito, metido en las arenas movedizas de la España de la Inquisición. No sólo tendrán las bromas que harían líder de audiencia a un programa de Los Morancos, sino todo un himno a la tolerancia. Los tolerantes son, en un arranque de chauvinismo, los franceses; los españoles somos poco más que monstruos carpetovetónicos, hipócritas que torturan a los distintos (gays, árabes, judíos, etc.) para ocultar sus pecados. Nuestro héroe tiene todo un ideario político que defender, esto es: que aunque la mona se vista de seda, mona se queda. El hombre, concluye el diseñador Pic Saint Loup (Gérard Jugnot), es feo, muy feo. ¿Será que, a pesar de su tono erótico festivo, «Rosa y negro» es obra de un misántropo, un acto de venganza nada sutil contra el espectador?