Barcelona
Un 40% de las familias que piden ayudas nunca lo habían hecho antes
Lucio tiene 50 años, ha perdido el empleo y este invierno no pudo permitirse el lujo de encender la calefacción. «Tengo que prescindir de muchas cosas hasta que no tenga la vida solucionada», lamenta. Susana, de 42 años, no puede pagar actividades extrescolares a sus hijos. «No pueden hacer ni gimnasia porque no puedo comprarles ni un chándal», lamenta.
Ambos acuden periodicamente a la Cruz Roja en busca de ayuda social, algo que nunca antes habían necesitado. Igual que ellos, 4 de cada 10 beneficiarios que solicitan ayudas son «nuevos pobres».
Así lo constata el Observatorio de Vulnerabilidad de la Cruz Roja de Cataluña que alerta que la «pobreza extrema» se extiende en Cataluña de forma «desbordante» a familias que hasta ahora vivían con normalidad. «La pobreza siempre ha existido, pero ahorae s más extrema», advirtió el presidente de Cruz Roja de Cataluña, Josep Marqués.
La salud alimentaria en peligro
La alimentación es uno de los pilares que mengua en muchas familias que piden ayudas a causa de la crisis yq qeu afecta sobre todo a la salud de los menores. Marqués alertó que uno de cada tres niños de las familias atendidas no come carne, pollo o pescado al menos una vez al día. De hecho, el coordinador de Cruz Roja de Cataluña, Enric Morist, señaló que son insuficientes los 9 millones de kilos de alimentos que este año repartirán a más de 140.000 personas que viven en Cataluña, además de los 40.000 «kits» de ayuda humanitaria, que también incluye material de higiene básica.
Tras constatar un panorama demoledor, el presidente de la Cruz Roja avanzó que «estudian reorientar su acción y aplicar en Cataluña los estándares de ayuda humanitaria que hasta ahora sólo aplicaban en los países pobres», dijo preocupado. Una opción sería construir nuevos almacenes logísticos, como el que hay en La Pobla de Claramunt (Barcelona), que puedan contener y guardar alimentos frescos.
Marqués pide a las consellerias de Bienestar y Familia y de Enseñanza que mantengan las becas comedor y las incrementen. «De ello depende que muchos menores de 12 años puedan tener una alimentación saludable y evitar que tengan problemas más adelante», advierte Cruz Roja.
El estudio «El impacto de la crisis en la infancia y en las familias» realizado por la entidad constata un aumento este curso pasado de familias que no pudieron costear el comedor escolar y lo tuvieron que abandonar. Un 27 por ciento de los 409 encuestados no puede pagar ninguna actividad extraescolar y un 65 por ciento no puede permitirse ninguna actividad de ocio con sus hijos.
En cuanto al perfil de los usuarios, el 40 de las familias que necesitaron ayuda social son de nacionalidad española, el 31 por ciento son marroquíes, el 4 por ciento bolivianos y otro 4 por ciento ecuatorianos.
Los ingresos medios de las familias encuestadas era de 550 euros al mes, de los que 500 los han de destinar de forma «fija e implacable» a pagar alquiler o hipoteca, luz y agua, por lo que les quedan 50 euros al mes para alimentación, educación e higiene.
Un 10 por ciento de las familias que piden ayuda han sido desahuciadas en los dos últimos años, un 70 por ciento viven de alquiler, y uno de cada dos niños ha de compartir su habitación con un adulto.
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