Afganistán

La OTAN cierra su año más sangriento

La estrategia de la OTAN para lograr el éxito en Afganistán se sustenta en tres pilares: seguridad, gobernabilidad y desarrollo. Tres pilares que a su vez se yerguen sobre el trabajo de los militares, que son los que al final están cara a cara con el enemigo y codo con codo con la población local.

La Razón
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Madrid- Hasta ayer, 709 soldados de las 47 naciones que participan en la misión han perdido la vida en 2010, lo que convierte éste en el año más sangriento desde que la coalición desembarcó en Afganistán en 2001. La cifra supone que este año han muerto 188 militares más en el país asiático que en 2009 y 414 más que en 2008.
Lo cierto es que en el año que acaba han sido desplegados muchos más soldados en el teatro de operaciones que en años anteriores, y que éstos han entrado en zonas donde antes no había presencia aliada. Esto ha provocado un incremento de combates y, obviamente, de bajas. También es cierto que, lejos de retroceder, en muchas zonas del país, los talibán ganan terreno. Según un informe de la ONU recogido por «The Wall Street Journal», desde marzo a octubre de este año, 16 distritos afganos han entrado en la categoría de «alto riesgo», segundo escalón más elevado de peligro, y sólo dos han rebajado su «nota» hasta «riesgo medio». En la zona española se ha añadido un distrito a la consideración de «alto riesgo», y otro distrito vecino, en manos noruegas, le ha seguido. Badghis está mayoritariamente en esta categoría.