Despidos
Ahogados en el descrédito
Trabajadores, desempleados, empresarios, funcionarios, pensionistas, jóvenes, inmigrantes… Todos castigados por la crisis. Todos sufriendo una merma en su bienestar. Empobreciéndose. Todos menos CC OO y UGT. Y, en concreto, su casta dirigente. Su oposición numantina a regular los excesos de los «liberados» demuestra una insolidaridad insultante con el resto de los españoles. Los sindicatos se financian con los impuestos de todos. Que el número de «liberados» sea secreto de Estado y tampoco podamos conocer su coste, sólo se entiende desde la componenda que mantienen con un Gobierno que desborda la legítima actividad sindical en una sociedad democrática. Nos recuerda a un Bernard Shaw certero cuando escribió que «ningún rey tiene tan seguro el trabajo como un dirigente sindical».
Pero hay más. La crisis les permite engordar sus arcas gracias al negocio de los ERE. Los sindicatos se embolsan por cada servicio entre 100 y 400 euros, además de hasta un 15% de la indemnización que recibe cada empleado inmerso en un despido colectivo, según un reciente informe que cifra en 240 millones de euros la ganancia de los sindicatos por este concepto desde que arrancó la crisis.
CC OO y UGT se la juegan con la huelga general del martes. No querían hacerla y ahora están atrapados. Se arrogan la representación de los trabajadores pero, si los piquetes no secuestran su libertad, los trabajadores les retratarán como lo que son hoy: grupos de presión en defensa de intereses particulares. Y a sindicatos así, ya no los necesitan.
✕
Accede a tu cuenta para comentar