Sin rastro de María 19 días después

MADRID- La familia de María ha vivido la Navidad más amarga. Nada se sabe de ella desde que el pasado 11 de diciembre asistiera a una cena de empresa. Las esperanzas de encontrarla con vida se desvanecieron cuando, su ex pareja y la última persona en verla con vida, se ahorcase en San Lorenzo de El Escorial tras confesar a su padre por teléfono que había hecho «algo malo». No dejó indicación alguna del paradero de la joven y, desde entonces, la Guardia Civil ha tirado de todas las pistas e indicios que se le ha presentado para intentar dar con ella.
Lo cierto es que no tienen mucho de donde sacar. Aparte de que Javier no dejase una nota, el intervalo de tiempo en el que el suicida no utilizó los teléfonos móviles y el momento en el que se puso en contacto con una amiga y la madre de María recibió dos mensajes transcurren varias horas. Tiempo suficiente para deshacerse de un hipotético cadáver lejos de la zona. No obstante, los investigadores confían en que el radio no sea muy extenso.
Además, se da la circunstancia de que Javier era muy aficionado a la montaña y solía pasar jornadas en el monte. Una fascinación que le pudo permitir moverse por la sierra sin problemas. Ayer, la batida, en la que participaron un centenar de agentes, se centró en Guadarrama donde buzos se adentraron en el río en busca de pistas o el propio cuerpo de la joven María.
Javier y María se conocieron trabajando en Mercadona y fruto de esa relación nació un bebé que tiene ahora ocho meses. María cortó la relación justo cuando nació la criatura.