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Hamburgo

El mal ejemplo hamburgués

La Razón
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Hay una conclusión que debe sacar la ciudad de Madrid de la final de Hamburgo. Y no tiene que ver con el deporte. Afortunadamente eso forma parte de la memoria colectiva de los atléticos. Tiene que ver con la economía. En una semana Madrid será la primera sede de una final de Champions en sábado. Puede parecer menor pero la repercusión económica va a ser brutal. Jugar en miércoles reporta pocos beneficios a la sede y lo acabamos de ver en Hamburgo. 12.000 colchoneros llegaron, vieron y vencieron pero apenas tuvieron tiempo para más. Mientras que jugar en sábado puede hacer que los seguidores italianos y alemanes pasen una noche en la capital o incluso dos para los que se lo puedan permitir. Y el que duerme, también desayuna y come y cena y toma taxis. Vamos: que si te quedas gastas. Si te vas no. Pero todo el supuesto beneficio económico puede volverse en contra si Barajas funciona tan mal como el Aeropuerto de Hamburgo en la final de la Europa League.Cuando uno se pasa seis horas tirado en un pasillo, incluso con niños, mal durmiendo y mal comiendo, quedan muy pocas ganas de volver a una ciudad que no ha sabido estar a la altura. Sea la culpa de quien sea. Esos son los deberes que tiene ahora Madrid. Aprovechar la oportunidad y ponerse las pilas para no seguir el mal ejemplo hamburgués. Y lo paradójico es que lo que mejor le viene a la economía madrileña es que no se haya clasificado ni el Madrid ni el Barça. Los números, no entienden de colores.