País Vasco
Bilduenstein
Seguimos con el cine de terror. De la política nacional marcada por el «llámame Freddy Krueger» de Rubalcaba pasamos a la política vasca marcada por «el monstruo de Bilduenstein» que, según se ha despertado en el quirófano de la resurrección ominosa, la ha emprendido a leches con el laboratorio socialista. Cada vez que pienso en el pifostio que ha montado el Tribunal Anticonstitucional, me imagino a un Zapatero ataviado con la bata blanca del doctor Frankenstein y diciéndole a su criado «Igorguren», mientras el monstruo avanza hacia ellos, lo que el científico de la novela de Shelley le diría a su tenebroso sirviente: «Algo falló en el experimento». Como se sabe, lo que falló en el experimento del doctor Frankenstein original fue lo mismo que ha fallado ahora: el cadáver a resucitar llevaba el cerebro tarado de un psicópata. Lo que se ha hecho en el País Vasco con Bildu es peor que una negociación. No sólo se ha resucitado a ETA a cambio de nada sino que se ha creado para ella un cuerpo electoral gigantesco que no tenía; una Batasuna virtual que finge ser la segunda fuerza de la comunidad autónoma como si los otros dos partidos de la coalición no existieran. Se habla de los 300.000 votos como si fueran de ETA. En este ninguneo a EA y Alternatiba por parte de los pata negra de Batasuna, está el comienzo de la solución. Seguimos con el cine de terror. El vientre de alquiler de EA es ya el de «La semilla del diablo», con la diferencia de que, si Satanás viene a robarle el retoño, quizá sienta un inconfesable alivio.
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