Con los dedos cruzados por Julián REDONDO

En Durban, Benidorm de este confín, se ven banderas alemanas y españolas, pero más camisetas de «La Roja» con los ídolos identificados: Torres, Xa- vi, Villa, Iniesta... Quién no querría tener en su equipo por lo menos a uno de los jugadores de Vicente del Bosque. No hay plantilla similar, con tanta calidad, con tanto fútbol hasta ahora disimulado. Los suplentes cubrirían bastantes demarcaciones de selecciones punteras. Es la generación dorada cuyo mayúsculo inconveniente es que sólo puede alinear a 11, 14 a lo sumo. Otro dilema es Torres, bendito problema. Discutió con Benítez y se operó; aceleró el proceso para estar en el Mundial. Llegó al campeonato reestablecido y sin partidos. Necesitado de eso llamado ritmo de competición. El seleccionador se lo fue administrando. Trabajó, abrió huecos, desmarques para Villa, para Iniesta, le hicieron penaltis no computados y tiró a las nubes con la portería delante. Por eso le discuten. En Alemania dan palmas con las orejas, también creen que no va a jugar.

SOPLANDO POR COREAEl presidente surcoreano Lee Myung-bak sopla una «vuvuzela» durante el almuerzo en la Casa Azul de Seúl con los futbolistas que participaron en Suráfrica 2010 y que cayeron en octavos de final ante Uruguay.