El Cairo
Y quién sustituye a Mubarak
La oposición carece de un líder claro para el cambio / Baradei y Musa no acaban de cerrar sus opciones
Con el crepúsculo en El Cairo corrían rumores de que el vicepresidente Omar Suleiman y la cúpula del Ejército estaban presionando a Mubarak para que abandonase el poder. No pretenden expulsarlo de la presidencia de inmediato, sino limitar su poder y formar un Gobierno interino con Suleiman a la cabeza. Se trata de poder empezar a negociar la transición con los opositores.
La oposición ha exigido la renuncia de Mubarak como primera condición para entablar un dialogo con el régimen. Tanto el proscrito pero influyente movimiento de los Hermanos Musulmanes como el premio Nobel de la Paz, y líder de la «Asociación Nacional Para el Cambio», Mohamed el Baradei, reiteraron ayer que «no habrá dialogo con Suleiman hasta que Mubarak abandone su cargo de jefe de Estado». Sin embargo, también ayer, el diario oficialista «Al Ahram» informó de que el «Comité de Sabios», del que es miembro Baradei, estaba entablando negociaciones con el régimen. La sorpresa llegó a última hora de la tarde con el anuncio en la televisión estatal del descabezamiento de la cúpula del gobernante Partido Nacional Democrático, incluida la renuncia del propio Mubarak como presidente de la formación política y la de su hijo Gamal como jefe del comité político. El anuncio llevó a la confusión. Primero, que Mubarak dimitía como presidente del país. Falso. Luego, que dejaba la jefatura del partido. Desmentido también por Al Arabiya, la cadena que dio la «primicia». Al final, decepción. Mubarak sigue. De momento, al menos. Si hubiera renunciado efectivamente, la única salida a la crisis política del país del Nilo pasaría por mantener a Omar Suleiman como presidente interino de un gobierno de transición hasta la celebración de los comicios presidenciales este otoño. El problema es que no hay un líder opositor definido, que pueda representar el cambio en Egipto. En estas protestas no ha habido una voz que haya liderado a la oposición. Cuando Mohamed el Baradei, ex jefe del Organismo Internacional de la Energía Atómica, regresó a El Cairo el jueves 27 parecía que era la persona que iba a desafiar al presidente. Al principio dijo que «si el pueblo se lo pedía lideraría la transición», pero su voz se ha ido apagando, incluso ahora no está claro si se presentara a las elecciones presidenciales en otoño. Algunos analistas opinan que el ex responsable del OIEA puede ser una efectiva fuerza por el cambio en su país de origen después de tantas décadas trabajando en el extranjero, aunque no haya cosechado la simpatía de la juventud y de los sectores más liberales de Egipto. El único que se perfila como sucesor al anclado mandatario es un cercano al régimen. El secretario general de la Liga Árabe, Amro Musa, cumple el perfil ideal para sus vecinos árabes, así como para la comunidad internacional.
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