Cataluña

Haciendo hucha por Toni Bolaño

La Razón
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Me contaba un máximo responsable de un diario barcelonés que cuando Convergència Democràtica perdió el poder en el año 2003, preguntó a dirigentes del partido nacionalista como iban a superar su travesía del desierto. La respuesta, escueta: «Estamos haciendo hucha». A tenor de la fianza solicitada por el juez del Palau de la Música –3,2 millones de euros– podemos deducir que alguien realmente hacía hucha, presuntamente, claro.

El juez es contundente en su auto: CDC se ha beneficiado del desfalco. El dinero llegaba en efectivo y a través de Ferrovial, que así agradecía las obras adjudicadas por el gobierno Pujol. Estas actividades de presunta financiación irregular las hemos conocido ahora, pero conviene refrescar la memoria. Por ejemplo, CDC y la fundación Trias Fargas firmaron convenios con Millet y Montull para «fomentar el canto coral en Cataluña». Más ejemplos. Àngel Colom –actual miembro de la ejecutiva de CDC– recibió de manos de Millet un cheque para pagar las deudas del efímero y fracasado Partit per la Independència que Colom impulsó junto a Pilar Rahola. Por cierto, Colom todavía no ha dicho quién le recomendó que visitara a Millet para sacar los dinerillos necesarios para pagar su aventurilla política, aunque de malpensados está el mundo lleno y si piensan mal acertarán.

Como se pueden imaginar, el auto del juez ha provocado un terremoto. Convergència ya ha establecido sus líneas de defensa. Primera trinchera: sólo hay indicios, no hay pruebas, aunque Daniel se llevaba la pasta a espuertas, según rezan documentos hallados en el Palau. Un informe de la Agencia Tributaria dice que el tal Daniel es Daniel Osácar, el ex tesorero de CDC. Segunda trinchera: la verbalizaba el alcalde de Vic, Josep Maria Vila Abadal: la justicia es española. Tercera trinchera, en línea con la anterior y expresada en twitter por diferentes dirigentes de CiU: el auto del juez es un ataque contra Cataluña porque esta quiere reivindicar el pacto fiscal y su soberanía. Cuarta trinchera: el presidente Mas no tiene que dar ninguna explicación.

CDC intenta disimular una presunta mala praxis equiparando el caso Palau con un ataque a Cataluña, envolviéndose en la bandera para eludir responsabilidades con el amparo de ERC. Hace mal en igualar el país con el partido porque Cataluña no es CDC. La justicia ya dilucidará si hay delito. Pero, hoy se esperan respuestas políticas, y del máximo dirigente, de Artur Mas. Se esperan explicaciones y, seguramente, asunción de responsabilidades. ¿Es mucho esperar?