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«Tell the truth»

La Razón
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Dice Arenas que la primera reforma que va a llevar a cabo si es presidente de la Junta de Andalucía es decir la verdad. Arenas estaba pensando en Mark Twain cuando el domingo presentaba al candidato de Sanlúcar la Mayor y se arrimó al micrófono. O seguramente no estaba pensando en Mark Twain, pero Twain es bastante útil: «When in doubt, tell the truth. It will confound your enemies and astound your friends». Esto es, «en caso de duda, di la verdad, confundirás a tus enemigos y asombrarás a tus amigos». La verdad es en sí misma un elemento revolucionario, pero en política se ha convertido en algo tan exótico, tan extraño, que bien cargada, bien amartillada, esta arma podría ser la que marque el futuro.

La mejor forma de combatir ese desafecto hacia la política que viene aireando Griñán desde su discurso de investidura es precisamente decir la verdad. Ser honestos. O, al menos, no hacerle un corte de mangas a la verdad. Y eso no está ocurriendo. La verdad de la trama de los expedientes de regulación de empleo en este momento no hay ninguna posibilidad de conocerla. Entre otras cosas, porque el PSOE se ha encastillado en el Parlamento, ha cerrado las puertas a cal y canto y no permite que se apruebe la comisión de investigación que reclaman los dos partidos de la bancada de enfrente: PP e IU.

Sin esa comisión de investigación no hay verdad que valga. Porque hasta que la juez que instruye el caso no se pronuncie en forma de auto o de sentencia, todo serán especulaciones, medias verdades, o verdades interesadas que traslada el Gobierno andaluz de su investigación interna.
La investigación interna que pueda hacer un partido político es un oxímoron, una mierda para entendernos. Porque nadie se cree, por ejemplo, que si la Junta detecta una negligencia de Griñán como consecuencia de los informes de la Intervención General que recomendaban un modelo alternativo al «fondo de reptiles», va a abrir los micrófonos para contarlo.

Dice Griñán que quiere que la verdad «resplandezca». Pues no hay mejor forma de cumplir con la palabra que habilitando los cauces específicos del Parlamento, que es donde todos los ciudadanos estamos virtualmente sentados. No en los tribunales. Haga caso de Twain, presidente, y a lo mejor se lleva una grata sorpresa. «Tell the truth».