Cataluña

La lata de la inmersión por José Domingo

La Razón
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El portavoz de la Generalitat sostiene sin rubor que el método de inmersión lingüística en catalán es tan exitoso que logra milagrosamente que los alumnos alcancen un nivel de castellano superior a la media española. Vistos sus taumatúrgicos efectos, lo extraño es que las escuelas de idiomas y el propio Instituto Cervantes en el extranjero no utilice como reclamo publicitario el lema «Para aprender español, estudia catalán».
 Puestos a ser ocurrentes, Homs también ha llegado a afirmar que la inmersión lingüística obligatoria es constitucional. ¿Es así? No, la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut repitió hasta en diez ocasiones que el castellano debía ser lengua vehicular de enseñanza en Cataluña y por tres veces que el catalán y el castellano tenían que tener igual estatus. Ese criterio lo ha remachado el Supremo, que ha proclamado recientemente que «no puede aceptarse la exclusividad del catalán como lengua única vehicular de la enseñanza».
 Metido en faena, el convergente ha aconsejado al ministro de Educación que no se inmiscuya en los asuntos de la Generalitat. ¿Se ha excedido Wert? No, porque al Gobiern le corresponde velar por que el español sea lengua de escolarización en toda España. Lo triste es que ningún ministro hasta ahora lo haya hecho. Bastaría con incluir como principio básico en la Ley Orgánica de Educación el derecho a ser escolarizado en castellano y dotar a la Alta Inspección educativa del Estado de los medios para hacerlo efectivo. Para ello, es imprescindible un régimen sancionador que prevea que los directores de centros educativos y autoridades que hagan inviable este derecho sean inhabilitados para la docencia.
 Cabe preguntarse, por último, si, como apunta el ministro, la escuela catalana es una fábrica de independentistas. Acierta de pleno y con un ejemplo basta: el Instituto «La llauna» (La lata) de Badalona a propuesta de sus alumnos y con el apoyo entusiasta de su director ha declarado lectivo el 12 de octubre y no celebrará la Fiesta Nacional. A la Consejería de Enseñanza le corresponde hacer cumplir el calendario escolar. ¿Lo hará?

 

José Domingo
Presidente de Impulso Ciudadano