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Eurovegas el revulsivo para el Baix Llobregat

Eurovegas el revulsivo para el Baix Llobregat
Eurovegas el revulsivo para el Baix Llobregatlarazon

VILADECANS- Aunque Madrid va con ventaja para convertirse en la próxima conquista del magnate estadunidense de los casinos Sheldon Adelson para construir la meca del ocio Eurovegas, los vecinos de Viladecans ya imaginan que las luces de neón de los casinos, discotecas y varias atracciones turísticas les salvarán pronto de la crisis y del paro. El duelo entre Madrid y la Generalitat para hacerse con las Vegas de Europa es estos días el protagonista en los corrillos de los vecinos del municipio, que ve con buenos ojos el proyecto.

«Si se habla de Madrid, aquí también puede ser», dice optimista María del Carmen Bernadó, de 63 años y propietaria de una de las pollerías del mercado de Viladecans, la población que albergaría casi la totalidad del complejo de quedarse en Cataluña. «La crisis la estamos notando mucho y esto podría ayudarnos a salir del agujero negro», añade la mujer que, tras el mostrador, pasa la mañana con pocas visitas. «Me falta información sobre lo que realmente quieren hacer, pero de momento lo veo con buenos ojos si esto trae puestos de trabajo», dice Cubells, de 71 años de la carnicería Ferrera, cuyos clientes ya fantasean con «Las Vegas de Viladecans».

Aunque en un primer momento algunos ciudadanos, incluido el propio alcalde socialista Carles Ruiz, vieron con escepticismo la inversión del multimillonario estadounidense, la alta tasa de paro que afecta al 17,1 por ciento de la población de Viladecans, obliga a estudiar todas las propuestas. «Si esto va a generar 200.000 puestos de trabajo, todo me parece estupendo», comenta José Enrique desde la barra del bar del mercado a pocos metros de la estación de tren. «Llevo ocho años sin trabajar y si con esto me dan un empleo, de lo que sea, ya es suficient», dice este vecino cincuentón mientras toma el aperitivo. «Aquí somos unos 65.000 habitantes, pero el macrocomplejo podría dar de comer a todo el Baix Llobregat», calcula.

Ponerse las pilas
«Que la Generalitat se ponga las pilas, se deje de tonterías con la lengua y otras cosas y no deje escapar esta gran oportunidad», considera Francisco, el dueño del bar, que eufóricamente saluda a Paquito, que acaba de llegar de Alemania donde ha tenido que irse a buscar trabajo. «Si esto sale espero que ofrezcan trabajo a los de aquí y no a los inmigrantes, porque ahora los que nos tenemos que largar a otros países somos nosotros», añade indignado Javier, otro vecino.

Una de las preocupaciones de los vecinos es mantener el paraje natural del municipio. Dentro de los terrenos ofrecidos para construir Eurovegas se encuentra el Estany de Remolar, el de la Murtra y la playa de las Filipines, un terreno de gran riqueza natural y animal. «Nuestro entorno no tiene precio y se tendría que preservar», explica Eva mientras charla con unas amigas.

«Como empresarios todo lo que suponga inversión y creación de puestos de trabajo será siempre bien recibido, solamente hay que ver cómo se puede compatibilizar la preservación del medio natural que tenemos en el litoral con este proyecto», explica el secretario del Club de Empresarios de Viladecans, Juan Panella. «Es importante que nuestros políticos sepan salvaguardar los intereses ecológicos de la zona y hagan todos los esfuerzos necesarios para conseguir esta inversión», añade. «Nuestra zona esta siendo muy castigada por el paro, debido a la fuerte concentración de la actividad de la construcción y de la industria del automóvil, por consiguiente diversificar hacia el sector turístico dinamizaría el Baix Llobregat», opina Panella, que ve en este proyecto una solución para acabar con el paro juvenil. «De forma transversal beneficiaría a muchos sectores como el agroalimentario o la construcción y además posicionaría al aeropuerto de El Prat en primer lugar de vuelos internacionales», enumera el presidente del Gremio de Hostelería de Viladecans, Domingo Morilla. «Sería una gran oportunidad y sería imperdonable no aprovecharlo», concluye el también propietario del restaurante Can Mingo.

Aunque gana el optimismo prudente, también hay detractores. «Todo esto traerá muy mal ambiente, prostitución, mafias… no me hace ninguna gracia», opina Rosa, pequeña empresaria agrícola cuyos campos están dentro de los terrenos donde se construiría el macrocomplejo. «Dicen que no hay dinero para nada y esto puede acabar siendo un gran gasto. Con lo poco que queda, que no se lo gasten en casinos ya que lo acabaremos pagando todos», critica la mujer que, junto a su marido, regenta una frutería.