Israel

Atascados en los asentamientos

El empeño de Obama continúa, pero Oriente Medio teme que la cumbre quede en una simple foto de familia

Atascados en los asentamientos
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Ronda un pensamiento malicioso en Oriente Medio. A muchos les asalta la duda de si el encuentro en Washington para relanzar el diálogo de paz quedará en algo más que un anuncio de buenas intenciones y una colorida foto de familia. Otros se temen que sólo abrirá la puerta a más derramamiento de sangre. Para cerrar la boca a los más escépticos, los líderes israelí y palestino parecen necesitar mucho más que buena voluntad: tienen que ceder en asuntos que durante décadas han sido irrenunciables. A contra reloj, durante los próximos doce meses, los «socios para la paz», el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el líder de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, tendrán que llegar a un acuerdo en los más variopintos asuntos que suponen el meollo del conflicto árabe-israelí. Éste es su programa:

OBJETIVO
La Administración Obama, principal baluarte de las negociaciones, quiere que israelíes y palestinos alcancen un acuerdo definitivo que ponga fin al statu quo en el que conviven. Así lo expresó Netanyahu en su discurso al aterrizar en Washington: «No buscamos un alto el fuego temporal, sino un acuerdo de paz que termine con el conflicto de una vez por todas».

PRINCIPALES ESCOLLOS
Los cuatro temas fundamentales en los que hay que llegar a un acuerdo y que han hecho levantarse a líderes de uno y otro lado de la mesa de negociación en anteriores iniciativas son Jerusalén Este (anexionada a Israel tras la guerra de 1967 y que los palestinos y la comunidad internacional reclaman como capital del futuro estado Palestino), el derecho a regresar de los refugiados palestinos a su tierra (son unos cuatro millones de personas), los asentamientos de colonos judíos en Cisjordania y la delimitación de las fronteras.

LA FECHA CLAVE
El 26 de septiembre de 2010. Ese día vencen los diez meses en los que el Gobierno israelí se comprometió a no construir en asentamientos presionado por Obama en un intento de relanzar el diálogo. Abbas ha amenazado con abandonar la mesa de diálogo si no se prolonga el cese de las construcciones. EE UU presiona a Israel para que así sea, pero Netanyahu elude pronunciarse, sabedor de que una nueva moratoria daría al traste con su Gobierno de coalición, donde miembros de los partidos de la extrema derecha han anunciado con abandonarle si cede en este principio del sionismo más extremo: construir en tierra ocupada.

SOLUCIÓN A LAS COLONIAS
En su definición más simple, los asentamientos son «barrios» judíos construidos en territorio ocupado por Israel en la guerra de 1967, situados estratégicamente en pleno corazón del territorio palestino y que complica el trazado de las fronteras definitivas. Según datos del grupo «Peace Now», puede haber unos 290.000 colonos judíos viviendo en Cisjordania. Ambos pueblos aprueban la solución del intercambio de tierras, lo que significa que Israel podría mantener estos poblados a cambio de ceder otras partes de su territorio al futuro Estado. La ANP estaría dispuesta a intercambiar un 3,9% de territorio ocupado por colonias en Cisjordania por tierras en el desierto del Negev. No obstante, hay precedentes de evacuación de colonias judías. Se hizo en 1979 en la Península del Sinaí tras los acuerdos de Camp David y se hizo en Gaza, en 2005, antes de la retirada israelí.

JERUSALÉN
Según declaraciones del ministro de Defensa hebreo, Ehud Barak, Israel podría claudicar y devolver a los palestinos parte de su «capital indivisible». Barak reveló al diario «Haaretz» un plan según el cual se devolverían los barrios árabes de la capital, además del barrio de la ciudad vieja, donde está la explanada de las mezquitas y la cúpula de la Roca, uno de los lugares más sagrados del islam. No obstante, sobre el Monte de los Olivos y la Ciudad de David habría un «régimen especial». Unas declaraciones que hizo sin consultar al primer ministro Netanyahu, según el diario «Yedioth Ahronot».

LA «FÓRMULA OBAMA»
El plan trazado por la Casa Blanca es conseguir que israelíes y palestinos firmen un acuerdo definitivo en el plazo máximo de un año, aunque luego puede haber hasta una década para implementarlo. El presidente estadounidense tiene previsto visitar Oriente Medio para presionar. Según la Prensa israelí, Netanyahu ha propuesto reunirse cada dos semanas con Abbas en presencia del enviado norteamericano George Mitchell. Las charlas se llevarán con la mayor discreción posible y no se comentarán directamente con los medios. Si las conversaciones se estancan en algún punto conflictivo, EE UU intervendrá para proponer soluciones conciliadoras.

SEGURIDAD
Será sin duda la parte más peliaguda de definir, junto con las fronteras y la extensión de la retirada. El futuro Estado soberano Palestino, por definición, no podrá tener presencia militar del país vecino, sin embargo a los israelíes les preocupan las amenazas del exterior y la seguridad de los colonos que quedarán viviendo en suelo hostil.