Cae la «mafia» de los butroneros de joyerías

Madrid- Tres meses de investigación dieron sus frutos ayer, cuando agentes de la Policía Nacional detuvieron a un grupo de 18 butroneros especializados en robos a joyerías y a locales comerciales de diversa índole, como estancos y tiendas de telefonía. Seguramente, un gran número de empresarios que sufrieron en el pasado las acciones de esta banda sientan cierto alivio al conocer que quienes les desplumaron los negocios están en prisión.
La investigación comenzó el pasado mes de agosto, cuando las Fuerzas de Seguridad detectaron a un grupo organizado de individuos de nacionalidad rumana ubicado en la región. Gracias a esta operación se han esclarecido, por el momento, 24 robos con fuerza, entre ellos el de una joyería en la que se llevaron un botín de casi un millón de euros.

Desde el primer momento las informaciones obtenidas no levantaron dudas sobre el modus operandi de esta organización criminal, que estaba compuesta por tres células independientes pero que formaban parte de la misma red, ya que, según fuentes de la investigación, se reunían periódicamente para compartir la información obtenida sobre los golpes que tenían en mente.

Prueba de la profesionalidad de la banda es que inspeccionaban y seleccionaban minuciosamente sus objetivos durante los días laborables y llevaban a cabo el robo los fines de semana, para realizar los butrones sin molestar a los comercios vecinos con el ruido. Es más, en alguna ocasión llegaron a elaborar tres butrones en los locales aledaños para llegar al objetivo marcado, lo que da fe de las molestias que se tomaban.

Pasamontañas y herramientas
No eran nuevos en esto. Todos los detenidos utilizaban gorros y pasamontañas para evitar ser identificados por las cámaras de seguridad de las joyerías. Además, de los 18, sólo hay cinco que no registran ningún antecedente y más de uno almacena hasta diez detenciones por robo con violencia en su historial. Por ahora se están investigando los ordenadores y la documentación que la Policía halló en los siete registros que realizaron –cuatro en viviendas y tres en trasteros– y todavía se desconoce si tienen alguna vinculación con otras bandas, aunque todo apunta a que no las hay.

El mayor robo que perpetraron se produjo el pasado mes de marzo, cuando dejaron tiritando a la joyería Rivaro, situada en la calle Alcalá número 345. Ésta fue su operación más importante, ya que se llevaron un botín de 900.000 euros. El dueño de la joyería no quiso prestar declaración alguna «porque fue un golpe duro y no queremos recordar este episodio», apuntó.
La investigación ha sido realizada por la UDEV adscrita a la Comisaría General de Policía Judicial, la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid y el Grupo Operativo de Apoyo.