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Los retos de «The Daily»
Perdónenme, pero no puedo resistirme a hablar de «The Daily». Ya sé que se lanzó hace más de una semana y que ya se ha dicho todo lo que se podía decir sobre el nuevo juguetito de Murdoch concebido para la tableta de los de la manzana. Lo sé, pero entiendan que escribiendo cada semana sobre comunicación, no podía dejar pasar la oportunidad sólo porque llegue con unos cuantos días de retraso.
Y además, no tengo la menor intención de cantar las bondades del diario de News Corporation, sino que, más bien, trataré de reseñar algunas dudas que plantea esta iniciativa y que me hacen dudar de si, realmente, está marcando el camino de hacia dónde se debe dirigir la prensa digital del futuro.
Para empezar, podríamos hablar de su diseño. Sin duda se trata de un producto muy visual en el que la fotografía y el vídeo priman sobre el texto, motivo por el que, en muchas ocasiones, parece que estemos más ante una revista. Y no lo digo simplemente porque arrastre los esquemas visuales del papel, sino porque considero que un diario de información –tal y como, creo, ha sido concebido «The Daily»– debe ofrecer eso, información, noticias, y no sólo un gran despliegue fotográfico. Vale que las nuevas tendencias en prensa, incluso la impresa, pasan por reducir el texto y aumentar los destacados, sumarios, imágenes, infografías… Pero, no nos engañemos, estamos ante un producto de pago y a quien desembolsa una cantidad, por pequeña que sea, para mantenerse informado, se le presupone el interés por la lectura, por contar con un valor añadido que las webs gratuitas no le aportan.
Por otro lado, y siguiendo analizando a ese internauta que se gasta unos centavos por leer «The Daily», tampoco creo que le resulte atractivo el hecho de que la actualización del diario no es constante, como en cualquier diario digital al uso, sino que se realiza un par de veces al día. ¿Qué ocurre con las noticias de última hora?; ¿no podrá pensar el lector que las principales noticias están elaboradas el día anterior, al igual que en un diario de papel?; ¿qué ha ganado entonces, sólo la posibilidad de juguetear con los dedos sobre la pantalla táctil del iPad?
Otro detalle que no termina de quedarme claro es la financiación de un proyecto de esta envergadura. Si ponerlo en el mercado ha costado unos 30 millones de dólares, y el coste de su mantenimiento asciende a otro medio millón cada semana, ¿cuántos suscriptores debe conseguir y cuánta publicidad debe insertar para que sea rentable? No debemos olvidar tampoco que el proyecto está pensado para que los anuncios se adapten a las posibilidades del iPad, por lo que las compañías que deseen una campaña atractiva deberán hacer un desembolso extra para estar en el diario de Murdoch. Además, no tardará mucho en aparecer la competencia y será en la lucha con otros productos similares en la que «The Daily» tendrá que demostrar su auténtica valía.
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