Sevilla

Torero veterano de dinastía y de corte artista

El diestro, que ya ha cumplido los 41 años, está haciendo campaña por las principales ferias de España 

Torero veterano, de dinastía y de corte artista
Torero veterano, de dinastía y de corte artistalarazon

Julio Aparicio venía a Madrid con los ánimos crecidos después de su triunfal paso, justo el día anterior, por la plaza francesa de Nimes. En el coliseo romano conquistó a la afición tras cuajar al cuarto toro de la tarde. Las Ventas volvía a ser la prueba de fuego para fijar el caché de la temporada. Madrid, siempre Madrid. Apenas tuvo tiempo de recrearse con ese primer toro de Juan Pedro, jabonero de pelo y de nobles arrancadas. Pero en el toreo, la tragedia está a la media vuelta de un pase, por bien encaminado que parezca, un desliz y vienen mal dadas. Julio Aparicio regresaba a Las Ventas donde tiene un historial envidiable para la mitad del escalafón. Fue protagonista el torero de una de las faenas más intensas que se han vivido en Las Ventas el día de su confirmación. La inspiración de aquella tarde de mayo de 1994 se apoderó de su toreo y cortó dos sonados trofeos que le mantendrán ya para siempre en un lugar preferente de la Historia de la plaza. Habla el padreAparicio es hijo del matador de toros retirado y figura de época del mismo nombre que hablaba ayer con LA RAZÓN mientras su hijo se sometía a la reconstrucción de la herida en el hospital Doce de Octubre. «Estamos muy preocupados, pero nos dicen que va a quedar bien, que Julio se va a recuperar», apuntaba compungido. No es la primera vez que el torero sufre una fuerte cornada en esta plaza. El lugar donde más ponen en juego todos los protagonistas de la Fiesta. El 24 de marzo de hace dos años, Julio Aparicio abandonó también la plaza por la puerta de la enfermería al sufrir una herida de 25 centímetros en la pierna izquierda. Es Aparicio torero de corte artista, de buscar el toreo encajándose con el animal. La figura en la verticalidad, el trazo cadencioso. Su carrera ha estado marcada por las idas y las vueltas, aunque el propio torero en más de una ocasión ha manifestado que «nunca se ha ido». Simplemente, se marca Aparicio sus propios tiempos delante del toro y es ahora, cuando ya ha cumplido los 41 años, el momento más propicio para hacer temporada. Campaña seria sin dar la espalda a las plazas de máximo compromiso. El torero debutó con picadores en la temporada de 1987 y dos años después se presentó ante la afición de la Monumental de Las Ventas de Madrid. La dichosa tarde de la alternativa llegó el 15 de abril del 90 en la Maestranza de Sevilla. Hubo de conformarse con escuchar aplausos. Desde esa fecha, Aparicio ha pasado algunas temporadas en blanco o participando en distintos festivales para mantener de alguna manera viva la vocación.