Viena

El gol de Zarra ya es de Iniesta

Lo ha pasado mal, muy mal. Las lesiones minaron su moral, su espíritu; pensaba que no se recuperaría, que terminaría lastrado, que no lo superaría porque a cada reaparición sucedía una recaída. Llegó a la antesala del Mundial entre algodones y no jugó contra Honduras por otro problema muscular. Todo, absolutamente todo eso, está olvidado para Andrés Iniesta. Es el día de disfrutar.

La Razón
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Andrés Iniesta esperaba su momento. Y la gloria aguardaba al héroe silencioso, «el hombre peleado con el astro rey», como decía Pepe Reina en la celebración del triunfo en la Eurocopa. Quizá porque el astro es él, y no necesita nadie que le ilumine. Andrés estaba en fuera de juego cuando Fernando Torres le vio en el otro lado del campo, pero el despeje de los centrales holandeses anuló la posición antirreglamentaria del «6» de España. En la siguiente jugada, cuando recogió Cesc la pelota, el miedo ya había metido a los holandeses en su portería. Y allí estaba Andrés para meter el gol que hacía de España la octava campeona del mundo de la historia. Pero Iniesta no levanta los pies del suelo. Se quitó la camiseta, la azul, la suplente, con la que España había sido campeona del mundo. Y enseñó el corazón, la dedicatoria para Dani Jarque, el capitán del Espanyol fallecido el verano pasado.Hace dos años era Antonio Puerta el que revivía en la camiseta de Sergio Ramos durante la celebración del triunfo en la Eurocopa. Ayer era Jarque. La muestra de que España acumula títulos, pero no pierde la humildad ni la conciencia. Son los héroes del pueblo.Iniesta marcó el gol y, además, recibió el premio al mejor jugador del partido. Una casualidad porque la costumbre dice que los goles eligen a los mejores. Pero en esta ocasión fue al revés. Fue al revés, el mejor decidió marcar el gol. Por algo estaba entre los candidatos al Balón de Oro del torneo.Iniesta marcó el tanto decisivo, el gol que manda al olvido aquel de Zarra contra Inglaterra. Lo mismo que hizo Torres en Viena con el gol de Marcelino, seputarlo entre las cenizas de la memoria, hizo ayer Iniesta con el mítico Telmo.Zarra metió muchos goles en su vida y todos quedaron borrados por aquel en que el portero Williams se venció antes de tiempo. Iniesta no está acostumbrado a marcarlos. Lo suyo es elegir el momento. Lo hizo la temporada pasada en la semifinal de la Copa de Europa ante el Chelsea. Y lo repitió ayer, en el momento para los héroes, para los grandes.Cuando dentro de unos años le pregunten a Iniesta y a sus compañeros por este momento podrán recordar el día en que fueron los mejores. El día en que el mundo se vistió de rojo. Porque España jugó de azul, como el día en que ganó su primera Eurocopa. Pero las camisetas rojas, las que lucirán a partir de ahora con la estrella de campeona del mundo ya estaban preparadas. Gracias a Iniesta.